Un equipo de investigadores de la UPV y Biodonostia <\/strong>empezaron analizando<\/strong> el desarrollo f\u00edsico de unos fetos <\/strong>cuando a\u00fan estaban en el vientre de sus madres, y lo siguen haciendo ahora que ya han cumplido los once a\u00f1os<\/strong>, para saber de qu\u00e9 manera les est\u00e1 afectando el entorno urbano en el que viven a su desarrollo cognitivo<\/strong>. En total son 420 menores guipuzcoanos <\/strong>los que forman parte del proyecto Inma<\/strong>, que se encarga de analizar la relaci\u00f3n entre los diferentes contaminantes ambientales en el aire o el agua, con la dieta que llevaron sus madres durante el embarazo y el desarrollo de su salud durante la infancia a nivel neuropsicol\u00f3gico y f\u00edsico.<\/p>\n Entre las conclusiones, una al azar. Recomiendan que las mujeres embarazadas sigan consumiendo pescado durante el periodo de gestaci\u00f3n<\/strong>, aunque no m\u00e1s de una o dos porciones por semana en caso de ser azul. El alto consumo de este alimento en el Estado en general y en Gipuzkoa en particular, hace que la poblaci\u00f3n espa\u00f1ola presente altos niveles de mercurio, superiores incluso a la media recomendada. Sin embargo, la investigaci\u00f3n concluye que los perjuicios que puede causar la presencia de este contaminante qu\u00edmico se contrarrestan con las propiedades que aporta el propio pescado \u00aby su consumo trae asociado una mejora cognitiva del menor\u00bb, explica Jes\u00fas Ibarluzea, investigador del proyecto de la UPV\/EHU y Biodonostia.<\/p>\n Esta y otras conclusiones se expondr\u00e1n entre hoy y ma\u00f1ana en el Auditorio del Centro Carlos Santamar\u00eda de Donostia, que acoge las XV Jornadas Cient\u00edficas Inma<\/strong>. Las ponencias tratar\u00e1n sobre ‘Entorno urbano’ y en ellas participar\u00e1n expertos nacionales e internacionales para exponer los resultados obtenidos en el \u00faltimo a\u00f1o de investigaci\u00f3n en las distintas zonas de an\u00e1lisis: Asturias, Sabadell, Ribera d’Ebre, Valencia, Menorca, Granada y Gipuzkoa, que se sum\u00f3 al proyecto en 2006.<\/p>\n Entonces, fueron 618 las mujeres guipuzcoanas <\/strong>que se comprometieron a facilitar todo tipo de datos sobre sus h\u00e1bitos de vida<\/strong>, alimentaci\u00f3n<\/strong>, contexto familiar, nivel socioecon\u00f3mico o rasgos psicol\u00f3gicos<\/strong>. Dicha informaci\u00f3n se fue actualizando a medida que avanzaba el periodo de gestaci\u00f3n, y ha ido complet\u00e1ndose desde que naci\u00f3 el beb\u00e9, con distintas pruebas a los cuatro d\u00edas de nacer, al a\u00f1o y medio, a los 2 a\u00f1os, a los 4, a los 8 y a los once, que es la etapa en la que se encuentran actualmente.<\/p>\n De aquel volumen de participantes guipuzcoanas que se prestaron voluntarias hace doce a\u00f1os, \u00abhoy continuamos analizando el desarrollo de 420 menores\u00bb, expone Ibarluzea. La mayor\u00eda pertenecen a localidades del Goierri y el Alto y Medio Urola<\/strong> seleccionados por una serie de caracter\u00edsticas ambientales, como \u00abla fuerte presencia de industria siderometal\u00fargica, alta densidad de tr\u00e1fico, bajos niveles de productos derivados de la desinfecci\u00f3n en el agua de consumo y dieta rica en pescado\u00bb, se\u00f1ala Nerea Lertxundi, profesora de Psicolog\u00eda e investigadora del proyecto.<\/p>\n Las jornadas, organizadas por la UPV\/EHU, Biodonostia, el Departamento de Salud del Gobierno Vasco y CiberEsp, albergar\u00e1n una ponencia que centrar\u00e1 su contenido en el ruido <\/strong>y el perjuicio que este provoca en la poblaci\u00f3n.<\/p>\n \u00abSe ha realizado un estudio a nivel europeo que confirma que el ruido es el segundo factor ambiental m\u00e1s perjudicial, por detr\u00e1s de la contaminaci\u00f3n atmosf\u00e9rica\u00bb, contextualiza Mar\u00eda Foraster, investigadora del Instituto ISGlobal y Fundaci\u00f3n ‘La Caixa’.<\/p>\n El ruido urbano se ha convertido en un arma de doble filo<\/strong>, ya sea por exponer a los ciudadanos a unos niveles de contaminaci\u00f3n ac\u00fastica superiores a la media -como sucede a 1 de cada 4 personas en el Estado-, o por tener una percepci\u00f3n subjetiva del ruido, superior a los decibelios emitidos. Sea por el motivo que sea, la realidad es que se trata de un factor ambiental que afecta durante el d\u00eda <\/strong>y \u00abaunque no te despiertes durante la noche\u00bb empeora la calidad del sue\u00f1o produciendo \u00abalteraciones en la presi\u00f3n arterial, lo que puede provocar el desarrollo de hipertensi\u00f3n\u00bb.<\/p>\n Y las mujeres embarazadas no son ajenas a este impacto. \u00abPueden desarrollar estr\u00e9s durante el embarazo y por tanto, afectar al desarrollo del feto, con consecuencias durante la infancia en los niveles de actividad f\u00edsica, obesidad, diabetes, as\u00ed como a nivel cardiovascular\u00bb, resume.<\/p>\n Foraster pone un ejemplo. \u00abSe ha observado que los ni\u00f1os que estudian en escuelas cerca de los aeropuertos tienen peor desarrollo cognitivo, peor comprensi\u00f3n lectora, y peor rendimiento acad\u00e9mico que quienes no est\u00e1n expuestos a esos niveles de ruido\u00bb. Un hecho, a\u00f1ade, que ha llevado a la Organizaci\u00f3n Mundial de la Salud (OMS) a reducir los valores de referencia hasta niveles \u00abde casi silencio\u00bb<\/strong>. \u00abPensamos que nos adaptamos a esa contaminaci\u00f3n ac\u00fastica, pero no es as\u00ed\u00bb, advierte.<\/p>\n Otra de las grandes l\u00edneas de investigaci\u00f3n y a la que tambi\u00e9n se reservar\u00e1 un espacio durante estos d\u00edas es la alimentaci\u00f3n<\/strong>, tanto la que nutre a la madre durante le embarazo, como la que esta le da el beb\u00e9 al nacer. \u00abUna lactancia materna prolongada<\/strong> hasta los seis meses mejora el desarrollo cognitivo del beb\u00e9<\/strong>\u00bb, defienden Lertxundi e Ibarluzea. No obstante, admiten, que \u00abestamos lejos de esas pol\u00edticas sociales que permiten que las mujeres pueden prolongar su baja de maternidad m\u00e1s all\u00e1 de los cuatro meses una vez nacido el beb\u00e9\u00bb. En la misma l\u00ednea advierten del riesgo de obesidad de las madres gestantes. \u00abUn desarrollo intrauterino muy r\u00e1pido, por ejemplo, puede tener que ver con que el beb\u00e9 tenga m\u00e1s riesgo de desarrollar obesidad, as\u00ed como patolog\u00edas asociadas\u00bb, indican.<\/p>\n Sin embargo, no solo la alimentaci\u00f3n que llevan las mujeres embarazadas puede perjudicar a la larga la salud del peque\u00f1o, si no que un estado emocional poco saludable de la madre antes de quedarse embarazada tampoco le beneficiar\u00e1 en absoluto. Este ser\u00e1 el tema sobre el que se reflexionar\u00e1 en otra de las ponencias y que pondr\u00e1 sobre la mesa que entre 1995 y 2015 el nivel de estr\u00e9s y ansiedad de las mujeres en periodo de gestaci\u00f3n<\/strong> \u00abha aumentado significativamente\u00bb, con un efecto directo en un aumento de la irritabilidad y excitabilidad del ni\u00f1o, aseveran.<\/p>\n\u00abLas embarazadas deben seguir comiendo pescado. Tiene m\u00e1s propiedades que perjuicios\u00bb<\/strong><\/h4>\n
Ac\u00fastica y alimentaci\u00f3n<\/strong><\/h5>\n
Los datos<\/h4>\n
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\u00abLa ansiedad en mujeres en periodo de gestaci\u00f3n ha aumentado en 20 a\u00f1os significativamente\u00bb<\/strong><\/h4>\n