“Era como vivir en una discoteca. Se escuchaban las cisternas, las conversaciones y la m\u00fasica perfectamente”. As\u00ed dijo ayer la familia que reside encima del bar de la calle La Estaci\u00f3n clausurado por ruidos que era su vida cuando el establecimiento estaba abierto. Lo hicieron en la primera sesi\u00f3n del juicio contra el hostelero. Los denunciantes aseguraron que hab\u00edan padecido insomnio y cefaleas a causa de la m\u00fasica del establecimiento y que la situaci\u00f3n era tan insostenible que una de las residentes tuvo que abandonar el piso. “Era insoportable. No aguantaba m\u00e1s. Estaba sin dormir d\u00eda s\u00ed y d\u00eda tambi\u00e9n”, lament\u00f3 ante el juez. El acusado, para el que la Fiscal\u00eda pide dos a\u00f1os de prisi\u00f3n y una multa de 7.000 euros por un delito contra el Medio Ambiente, dijo que hizo todo lo posible para evitar los ruidos: “No quer\u00eda molestar. Quer\u00eda ganarme la vida. Nada m\u00e1s”.<\/p>\n
Seg\u00fan el testimonio de los cuatro miembros de la familia que residen en el piso que se encuentra sobre el bar cerrado por ruidos de la calle de La Estaci\u00f3n, su vida era poco menos que un infierno mientras el establecimiento estuvo en funcionamiento. “Se escuchaba todo. Me sab\u00eda hasta el orden de las canciones. Me vibraba la pared”, lament\u00f3 en el juicio una de las denunciantes. Tambi\u00e9n se\u00f1al\u00f3 que el negocio sol\u00eda tener las puertas de la calle abiertas, aumentando as\u00ed las molestias por ruido, y que comunicaron la situaci\u00f3n al gestor del pol\u00e9mico establecimiento que, seg\u00fan su versi\u00f3n, hizo caso omiso a las quejas. “Nos dijo que si nos molestaba, que llam\u00e1semos a la Polic\u00eda”, afirmaron.<\/p>\n
Y as\u00ed lo hicieron. Hasta en 21 ocasiones, tal y como consta en el expediente de la causa. Fruto de esas llamadas, la Polic\u00eda Local, tal y como afirma en su escrito de acusaci\u00f3n de la Fiscal\u00eda, realiz\u00f3 tres mediciones para valorar el impacto de ruido del establecimiento. En las tres, los agentes comprobaron que superaba los m\u00e1ximos legales.<\/p>\n
Por su parte, el acusado defendi\u00f3 que hizo todo lo posible para no molestar a los vecinos. Asegur\u00f3 que, tras instarle el Ayuntamiento a retirar la m\u00fasica amplificada, en abril de 2018, pas\u00f3 a ambientar el establecimiento con televisiones. Tambi\u00e9n que las puertas del local estaban siempre cerradas, que cumpl\u00eda escrupulosamente los horarios de apertura y cierre y que sal\u00eda a llamar la atenci\u00f3n a los clientes que estaban fuera del local para fumar y que hac\u00edan ruido.<\/p>\n
La Fiscal\u00eda solicita dos a\u00f1os de prisi\u00f3n para el hostelero por un delito contra el Medio Ambiente, indemnizaciones por m\u00e1s de 7.000 euros por tres delitos leves de lesiones e inhabilitaci\u00f3n por dos a\u00f1os para regentar un establecimiento hostelero. El juicio contin\u00faa ma\u00f1ana con la declaraci\u00f3n de varios peritos.<\/p>\n