LA SEMANA pasada el Ayuntamiento de Alicante decidi\u00f3 abundar en el trampantojo que lleva practicando desde que existe la problem\u00e1tica del ruido en el centro de Alicante y envi\u00f3 una nota en la que convocaba a vecinos y locales de ocio a una reuni\u00f3n para tratar de aclarar los t\u00e9rminos en los que va a aplicar una Zona Ac\u00fasticamente Saturada (ZAS) en la calle Casta\u00f1os y adyacentes. En un principio la idea era liquidar el encuentro de un plumazo, pero los residentes decidieron desmarcarse de la convocatoria conjunta y aseguraron al Gobierno municipal que ellos no ten\u00edan nada que hablar con los pubs\u00a0<\/em>que les hacen la vida imposible cada fin de semana. Y motivos tienen para ello: en esta historia no hay dos facciones, los actores no son equiparables y no tienen por qu\u00e9 sentarse en la misma mesa. Porque no es lo mismo un residente, que obviamente cumple la legalidad viviendo donde vive, que un local que, por mucho que genere empleos o un determinado impacto econ\u00f3mico, est\u00e1, seg\u00fan dice la Justicia, haciendo negocio mientras vulnera el derecho al descanso de los vecinos y, por lo tanto, su salud.<\/p>\n En este punto me gustar\u00eda destacar dos cosas. La primera, que la propia juez dice en la sentencia que, \u00aben la tensi\u00f3n dial\u00e9ctica medio ambiente-desarrollo econ\u00f3mico, debe darse una ponderaci\u00f3n de valores en conflicto, en el que el valor o principio del medio ambiente se constituye como un limite legitimo a la actividad econ\u00f3mica, en aras a salvaguardar el inter\u00e9s publico general\u00bb. Y en segundo, que la culpa de que se salten esos l\u00edmites del ruido no es del empresario, sino de la Administraci\u00f3n que se lo permite. As\u00ed que aqu\u00ed no hay dos partes, sino una: los vecinos, a los que una juez acaba de dar al raz\u00f3n. Punto. En un segundo plano estar\u00eda el Ayuntamiento, que lleva a\u00f1os ignorando sus quejas mientras vende la moto a los medios de que aqu\u00ed se ha hecho algo por ellos; el propio fallo dice que en 2018, a\u00f1o en el que ya gobern\u00f3 el PP durante la mayor parte del tiempo, los l\u00edmites se superaron \u00absin que la Administraci\u00f3n haya desplegado actividad alguna tendente a paliar los efectos del ruido en los vecinos, pese a los reiterados requerimientos de \u00e9stos al efecto\u00bb.<\/p>\n Equiparar a las v\u00edctimas con los\u00a0pubs\u00a0<\/em>forma parte de esa l\u00f3gica perversa que pretende vender que la culpa de que se haya llegado a esta situaci\u00f3n es la falta de acuerdo entre dos bandos en igualdad de condiciones, cuando realmente el problema es de sucesivos gobiernos municipales que no han sabido -o no han querido, aqu\u00ed cada uno que lo interprete como quiera- hacer cumplir la Ley. De hecho, en el caso de vulneraci\u00f3n de derechos fundamentales los locales de ocio ni siquiera estaban personados, por lo que no tienen capacidad para recurrir. Y menos mal, porque el derecho a crear puestos de trabajo no est\u00e1 por encima del derecho a poder dormir por las noches, como dice la magistrada en su auto.<\/p>\n Esto es, con todas las reservas y distancia, algo similar a lo que ocurre en Catalu\u00f1a: el di\u00e1logo solo es posible dentro de la Ley, por lo que dar legitimidad a quien la vulnera de manera sistem\u00e1tica alegando que no existe voluntad de acuerdo entre las partes supone en realidad violentar los derechos de la parte que s\u00ed respeta la Constituci\u00f3n. Y sinceramente, no ten\u00eda yo al alcalde,\u00a0Luis Barcala<\/strong>, por una persona que promoviese o aplicase este tipo de tesis antisistema, pero la gesti\u00f3n del d\u00eda a d\u00eda a veces lleva a los pol\u00edticos por extra\u00f1os derroteros. Como siga as\u00ed dentro de nada convocar\u00e1 un refer\u00e9ndum para ver qu\u00e9 hace con el\u00a0tardeo<\/em>.<\/p>\n