El gerente del bar Los Monteros II de la calle R\u00edo T\u00edetar de Castell\u00f3 ha sido condenado a dos a\u00f1os y medio de prisi\u00f3n por un delito contra el medio ambiente en la modalidad de contaminaci\u00f3n ac\u00fastica. As\u00ed lo ha decidido la Secci\u00f3n Primera de la Audiencia Provincial, tras celebrar un juicio por el ruido que hac\u00eda el restaurante del empresario chino.<\/p>\n
Vecinos de la zona de Sensal, residentes en el edificio que hay justo encima del local, emprendieron hace unos siete a\u00f1os su particular cruzada contra el negocio. Alegaban problemas graves de insomnio y ansiedad.<\/p>\n
Ahora, los denunciantes han ganado la batalla legal y es que, adem\u00e1s de la condena penal para el responsable del bar, el sentenciado deber\u00e1 pagar 10.000 euros a cuatro vecinos que sufren trastorno adaptativo de curso cr\u00f3nico y ansiedad. Adem\u00e1s, seg\u00fan establece la sentencia, el condenado deber\u00e1 abonar tambi\u00e9n una multa de 2.200 euros.<\/p>\n
El tribunal ha declarado probado que el empresario hac\u00eda uso de una terraza para la que no ten\u00eda licencia. El Ayuntamiento de Castell\u00f3 le advirti\u00f3 y sancion\u00f3 ante las quejas de los vecinos. Hasta la Polic\u00eda Local de Castell\u00f3 lleg\u00f3 a personarse varias veces en el bar Los Monteros y precint\u00f3 la terraza. Sin embargo, \u00aba pesar de las advertencias y de las resoluciones, el hostelero volvi\u00f3 a instalar el mobiliario precintado\u00bb, concluyen los magistrados.<\/p>\n
LOS AFECTADOS \/ \u00abMis hijos van al psic\u00f3logo y tienen problemas de concentraci\u00f3n e insomnio porque llevan mucho tiempo sin poder descansar, desde que ten\u00edan cuatro a\u00f1os. El bar abr\u00eda desde las 8.00 horas hasta las 3.00 de la ma\u00f1ana y no cerraba ni un d\u00eda. Ha habido d\u00edas en que nos hemos tenido que ir de nuestra propia casa por el ruido. Somos personas y tenemos derechos\u00bb, declar\u00f3 una de las denunciantes durante la vista oral, que se celebr\u00f3 el pasado mes de noviembre.<\/p>\n
El procesado, ayudado por una int\u00e9rprete, asegur\u00f3 que, desde que la Polic\u00eda Local de Castell\u00f3 le prohibi\u00f3 utilizar la terraza, no volvi\u00f3 a hacerlo –una versi\u00f3n que contradicen los vecinos–. Neg\u00f3 que colocara una tele en el espacio exterior a su local y dijo que nunca fue consciente de las quejas de los residentes porque no se lo dijeron. \u00abEn la misma calle hab\u00eda m\u00e1s terrazas y m\u00e1s grandes. Nadie vino nunca en persona a decirme que el ruido le molestaba\u00bb, sostuvo en una versi\u00f3n radicalmente opuesta a los vecinos. Contra la sentencia de la Audiencia cabe recurso en casaci\u00f3n.<\/p>\n