{"id":2275,"date":"2020-07-05T09:33:44","date_gmt":"2020-07-05T07:33:44","guid":{"rendered":"https:\/\/juristas-ruidos.org\/?p=2275"},"modified":"2020-09-14T10:49:18","modified_gmt":"2020-09-14T08:49:18","slug":"la-vuelta-al-ruido-o-la-ocasion-perdida-para-recuperar-la-serenidad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/juristas-ruidos.org\/la-vuelta-al-ruido-o-la-ocasion-perdida-para-recuperar-la-serenidad\/","title":{"rendered":"La vuelta al ruido o la ocasi\u00f3n perdida para recuperar la serenidad"},"content":{"rendered":"

Tras el confinamiento, la vida social de la nueva normalidad sigue acompa\u00f1ada de un exceso de contaminaci\u00f3n ac\u00fastica<\/h3>\n

La desescalada progresiva que se produjo en las \u00faltimas semanas nos permiti\u00f3 volver a nuestras a\u00f1oradas terrazas. Una cervecita, una charla informal, unas patatas bravas. Estamos a gusto, finalmente con los amigos, aunque mantengamos la distancia social\u2026 pero algo falla. De repente, nos damos cuenta de que el ruido que viene de las otras mesas nos molesta. Nos sentimos sobreestimulados<\/strong>. Hay momentos que deseamos hacer un ejercicio de introspecci\u00f3n y poder ignorar todos los sonidos que llegan de nuestro entorno.<\/p>\n

Quiz\u00e1 la impuesta tranquilidad que ven\u00eda con el aislamiento del \u201cyo me quedo en casa\u201d nos ha hecho valorar la importancia de la serenidad, de bajar el volumen de las conversaciones y moderar el sonido ambiental. Hace a\u00f1os que los\u00a0expertos alertan del exceso de ruido en Espa\u00f1a<\/strong>, en la vida cotidiana, en las calles y las escuelas. \u00bfCambiar\u00e1 algo de nuestros h\u00e1bitos este choque? \u00bfSabremos disfrutar de la vida social pero con algo m\u00e1s de serenidad y calma?<\/p>\n

\"Ruido
<\/figcaption><\/figure>\n

Las primeras semanas de desescalada no dejaron un panorama muy prometedor al respecto. La nueva normalidad lo ha confirmado. Al contrario.\u00a0Enric Pol, catedr\u00e1tico de Psicolog\u00eda social y Ambiental de la Universidad de Barcelona<\/strong>, explica: \u201cHay un fuerte componente cultural. Somos una sociedad mediterr\u00e1nea y ruidosa. Esto puede cambiar con el tiempo, como muchas cosas. Por ejemplo, antes se ve\u00eda normal tirar un papel al suelo, ahora no tanto\u201d.<\/p>\n

El doctor Oliver Haag, jefe de servicio de Otorrinolaringolog\u00eda del Hospital Sant Joan de D\u00e9u de Barcelona, coincide: \u201cEs un tema cultural. En esta sociedad hay un exceso de ruido, que se potencia y se retroalimenta. Cuando uno habla en un tono m\u00e1s elevado, el otro tambi\u00e9n, y hay muchos que hablan a la vez\u2026 Sin embargo, es m\u00e1s bonito con menos ruido. No es por nada que el exceso ac\u00fastico tiene el nombre de contaminaci\u00f3n: no es bueno para la salud\u201d.<\/p>\n

Escalada del ruido<\/h2>\n

Cuando uno habla en un tono m\u00e1s elevado, el otro tambi\u00e9n, y hay muchos que hablan a la vez\u2026\u201d<\/h3>\n

Oliver Haag
\nJefe de servicio de Otorrinolaringolog\u00eda del Hospital Sant Joan de D\u00e9u<\/p>\n

De todos modos, Enric Pol matiza que no conviene estigmatizar el sonido humano, que viene condicionado por cada situaci\u00f3n. \u201cNo hay que mezclar las\u00a0dimensiones vivenciales y culturales<\/strong>\u00a0con las dimensiones t\u00e9cnicas. Intentar reducir el sonido provocado por el tr\u00e1fico, por ejemplo, siempre ser\u00e1 positivo, pero con el sonido provocado por la actividad social hay que buscar el equilibrio\u201d.<\/p>\n

En este sentido, Pol distingue entre las\u00a0nociones de ruido y de nivel s\u00f3nico<\/strong>. \u201cLos mismos 120 decibeliso de una discoteca donde me gusta experimentar la vibraci\u00f3n de los graves en mi est\u00f3mago, los vivo de manera diferente de los de un aeropuerto, en donde si estoy trabajando me tengo que poner protecci\u00f3n en los o\u00eddos por confort personal y por normativa de protecci\u00f3n laboral. Son percepciones diferentes de un mismo nivel de sonido\u201d.<\/p>\n

Por eso, a menudo, el ruido provocado por la actividad social se percibe como elemento positivo, que\u00a0facilita la convivencia, la comunicaci\u00f3n,<\/strong>\u00a0que aporta vida. Y Pol pone otro ejemplo: \u201cEn el confinamiento, despu\u00e9s de los aplausos en muchos balcones se ofrec\u00edan conciertos y sesiones de DJ para los vecinos. Se viv\u00edan como un elemento agradable y de contacto social, aunque en otros momentos, sin la crisis sanitaria, se habr\u00edan vivido como una molestia desagradable\u201d.<\/p>\n

Asociaciones vecinales de toda Espa\u00f1a han exigido a las autoridades que hagan compatible el regreso a la actividad econ\u00f3mica y al ocio con el descanso de las personas. En un comunicado que hicieron p\u00fablico cuando las terrazas empezaban a llenarse, las\u00a0federaciones de Asociaciones contra la Contaminaci\u00f3n Ac\u00fastica<\/strong>\u00a0y en defensa del Patrimonio Hist\u00f3rico, y de Asociaciones contra el Ruido de Espa\u00f1a, apostaban por una desescalada que protegiera la salud p\u00fablica y los derechos de los ciudadanos \u201cpor encima de los intereses particulares como los de la hosteler\u00eda\u201d.<\/p>\n

De molestia a placer<\/h2>\n

En el confinamiento, despu\u00e9s de los aplausos en muchos balcones se ofrec\u00edan conciertos y sesiones de DJ para los vecinos\u201d<\/h3>\n

Enric Pol
\ncatedr\u00e1tico de Psicolog\u00eda social y Ambiental de la UB<\/p>\n

En su opini\u00f3n, la\u00a0peatonalizaci\u00f3n de ciertas calles y la ampliaci\u00f3n de las terrazas<\/strong>\u00a0para facilitar el resurgimiento econ\u00f3mico se hacen a costa de los objetivos de sostenibilidad de las ciudades. \u201cAumentar la presi\u00f3n que ya ejercen las actividades contaminantes, mediante la ampliaci\u00f3n de horarios y espacios para terrazas de bares, cafeter\u00edas y restaurantes, es ir en contra del derecho a la salud de los residentes y vulnera los derechos fundamentales\u201d, afirmaban en un comunicado. \u201cAumentar\u00eda el actual riesgo de contagio y adem\u00e1s todo lo que sea favorecer el ruido empeorar\u00eda la calidad de vida de los vecinos\u201d. En la misma t\u00f3nica se han expresado asociaciones ciudadanas de toda Espa\u00f1a, como la\u00a0asociaci\u00f3n O Cimborrio, de Orense<\/strong>, que reclama que no se vuelva al modelo de hosteler\u00eda contaminante. \u201cNo hay que rescatar a la hosteler\u00eda, sino reconstruirla\u201d, afirman.<\/p>\n

No tiene mucha esperanza Conchita desde su balc\u00f3n que da a una calle tranquila de Barcelona. Tranquila cuando el peque\u00f1o bar de enfrente est\u00e1 cerrado. Cuando est\u00e1 abierto, sus tres mesas en la terraza se convierten en un gallinero de gritos, hombres j\u00f3venes habl\u00e1ndose de mesa a mesa con la cerveza en la mano, ni\u00f1os chillando sin ning\u00fan motivo y sin que ning\u00fan adulto les llame la atenci\u00f3n. \u201cCuando est\u00e1 cerrado o\u00edmos los p\u00e1jaros<\/strong>, pero en cuanto abren se acab\u00f3 la tranquilidad\u201d.<\/p>\n

Y eso que se trata de un peque\u00f1o bar de barrio en una calle calmada. Los\u00a0vecinos de barrios tur\u00edsticos, o de centros hist\u00f3ricos<\/strong>, est\u00e1n que trinan, como ejemplifica Alberto: \u201cHemos disfrutado del silencio y la calma que puede haber en el d\u00eda a d\u00eda y ahora nos cuesta tener que enfrentarnos otra vez a tanto ruido sin sentido. El contraste es muy grande\u201d.<\/p>\n

\"Ruido
<\/figcaption><\/figure>\n

En efecto, el\u00a0confinamiento<\/strong>\u00a0provocado por la pandemia mostr\u00f3 a muchas personas c\u00f3mo podr\u00eda ser vivir en una ciudad y escuchar a los p\u00e1jaros, las campanas o incluso reconocer voces lejanas. Pero no deja de ser\u00a0una vivencia de excepci\u00f3n<\/strong>, como explica Pol: \u201cVivir en una situaci\u00f3n de privaci\u00f3n de est\u00edmulos, como si vivi\u00e9ramos siempre en una sala insonorizada, tiene un efecto tan malo como la sobreestimulaci\u00f3n. Hay que encontrar el punto de equilibrio\u201d.<\/p>\n

En la universidad de C\u00f3rdoba, un grupo de investigaci\u00f3n est\u00e1 estudiando c\u00f3mo est\u00e1 variando el ruido durante las diferentes fases del confinamiento y la desescalada. Adem\u00e1s de un an\u00e1lisis cuantitativo, que mostr\u00f3 c\u00f3mo en la fase m\u00e1s dura del primer estado de alarma el ruido ambiental baj\u00f3 30 decibelios, se trata de un an\u00e1lisis cualitativo. Las autoras del estudio, Mar\u00eda Dolores Redel y Sara Pinzi, explican: \u201cNos interesaba particularmente\u00a0el concepto de percepci\u00f3n del ruido<\/strong>\u00a0y psicoac\u00fastica, o sea la percepci\u00f3n que la gente puede tener del ruido. Es posible que en una situaci\u00f3n de estr\u00e9s emocional, los mismos decibelios de ruido puedan ser percibidos de una forma peor\u201d.<\/p>\n

Riesgo para la salud<\/h2>\n

La exposici\u00f3n de larga duraci\u00f3n a niveles superiores a 55 dB puede provocar un aumento de la presi\u00f3n arterial y el riesgo de infartos\u201d<\/h3>\n

Sara Pinzi y Mar\u00eda Dolores Redel
\nInvestigadoras de la Universidad de C\u00f3rdoba<\/p>\n

El estudio ha demostrado que conforme se avanza en la \u201cnueva normalidad\u201d ha ido aumentando el nivel de ruido y el grado de molestia. \u201cEs\u00a0asombroso c\u00f3mo estamos volviendo a ser ruidosos<\/strong>\u201d, afirman Redel y Pinzi, que recuerdan los peligros de ser una sociedad cada vez m\u00e1s inmune al ruido. \u201cLa percepci\u00f3n del ruido es algo muy subjetivo. De hecho, se puede estar cumpliendo la normativa en cuanto al nivel de ruido emitido y sin embargo, puede causar molestia. La OMS establece un nivel de 40 dB de ruido nocturno en \u00e1reas residenciales. La exposici\u00f3n de larga duraci\u00f3n, sobre un a\u00f1o, a niveles superiores puede provocar insomnio o perturbaciones del sue\u00f1o. La superio a 55 dB puede provocar un aumento de la presi\u00f3n arterial y el riesgo de infartos. Pero no cumplimos ni con los 55 dB en muchas zonas de Europa ni en Espa\u00f1a. Ahora podr\u00eda ser un buen momento para intentar controlar que no aumente el ruido nocturno y proponernos cumplir con estos objetivos\u201d.<\/p>\n

Aprovechar la oportunidad que nos ha ofrecido el estado de alarma es tambi\u00e9n la tesis que defiende Oliver Haag. El trabajo a distancia que ha impuesto el confinamiento provocado por la pandemia ha tra\u00eddo una consecuencia agradable, seg\u00fan explica: \u201cEn las\u00a0reuniones por videoconferencia solo se puede hablar de uno en uno<\/strong>. Es un ambiente m\u00e1s tranquilo y ordenado. Nadie interrumpe a nadie. No hay tres conversaciones paralelas sobre la mesa. Ahora que volvemos a lo presencial, podr\u00edamos mantener este h\u00e1bito, y al final del d\u00eda laboral lo agradecer\u00edamos. De todas las situaciones se puede aprender\u201d.<\/p>\n

Mejorar la convivencia<\/h2>\n

El barullo en las aulas y los comedores escolares est\u00e1 muy por encima de lo recomendado<\/h3>\n

De igual manera, se podr\u00eda mejorar la convivencia en familia y en las escuelas. \u201cLas familias pueden probar que si ven la tele o escuchan m\u00fasica con menos volumen, lo oyen igual, lo entienden todos, y todo el mundo disfruta m\u00e1s. Adem\u00e1s, podemos apreciar los sonidos que hemos podido escuchar en el confinamiento, como los p\u00e1jaros urbanos\u201d.<\/p>\n

Respecto a las escuelas, est\u00e1 estudiado que los niveles de\u00a0ruido en aulas\u00a0<\/strong>y, sobre todo,\u00a0en comedores escolares<\/strong>\u00a0est\u00e1 muy por encima de lo recomendado. \u201cA menudo sobrepasan los 80 dB y pueden llegar hasta 90 o 100 dB. Ese nivel, mantenido varias horas al d\u00eda, es perjudicial para la salud auditiva, a largo y corto plazo\u201d.<\/p>\n

Adem\u00e1s, Haag, que atiende diariamente a ni\u00f1os y j\u00f3venes con dificultades auditivas, explica que con\u00a0el uso de las mascarillas<\/strong>\u00a0todo se complica a\u00fan m\u00e1s. \u201cEl uso de la mascarilla aten\u00faa la voz entre 5 y 12 dB. Y las personas que no oyen bien, ni\u00f1os y adultos, se apoyan mucho en la lectura labial, fij\u00e1ndose en los labios para mejorar la comprensi\u00f3n del lenguaje, los gestos faciales\u2026 Todo eso se pierde con la mascarilla\u201d.<\/p>\n

Efectos de la pandemia<\/h2>\n

Las personas que no oyen bien se apoyan mucho en la lectura labial\u2026 Todo eso se pierde con la mascarilla, que aten\u00faa la voz\u201d<\/h3>\n

Oliver Haag
\nJefe de servicio de Otorrinolaringolog\u00eda del Hospital Sant Joan de D\u00e9u<\/p>\n

El ruido producido por el ocio y la vida social se acompa\u00f1a del ruido provocado por los coches y la actividad econ\u00f3mica en general. Durante el estado de alarma, un estudio en Barcelona demostr\u00f3 que el nivel de ruido hab\u00eda descendido un 50%. Hay que tener en cuenta que m\u00e1s de la mitad de la poblaci\u00f3n de la ciudad vive en zonas con exceso de ruido. Un estudio de 2016 del Institut de Salut Global de Barcelona (IsGlobal) estim\u00f3 que el\u00a0ruido causaba casi 600 muertes prematuras al a\u00f1o<\/strong>, una cifra parecida a la de la contaminaci\u00f3n ambiental.<\/p>\n

\"Ruido
<\/figcaption><\/figure>\n

Todos los expertos coinciden en que la principal causa de contaminaci\u00f3n ac\u00fastica est\u00e1 en los coches, y que su reducci\u00f3n hace la ciudad un sitio m\u00e1s sostenible. Pero ahora nos queda demostrar que\u00a0las personas somos m\u00e1s inteligentes que los coches<\/strong>\u00a0y que nos podemos divertir sin causar estruendo.<\/p>\n

\u201c\u00bfBajar el nivel de ruido de las conversaciones? Ser\u00eda deseable, como algo que facilita la convivencia \u2013afirma Pol-. Aunque quiz\u00e1 estamos exportando la cultura del buen vivir a Europa, ya que hay muchas ciudades europeas donde antes a las 11 de la noche estaba todo muerto y ahora las calles est\u00e1n llenas de gente y hay mucho ruido. Eso crear\u00e1 un potencial nuevo conflicto\u201d.<\/p>\n

Oliver Haag defiende: \u201cLa tranquilidad es posible. La gente se vuelve a asustar con tanto ruido. Podr\u00edamos intentar mantener esta l\u00ednea que hemos iniciado con el confinamiento. Eliminar poco a poco el exceso de ruido, bajar nuestro volumen\u2026 Esto es un trabajo personal de cada uno\u201d.<\/p>\n

\"Ruido
Ruido Magazine (Cristina Span\u00f2)<\/figcaption><\/figure>\n
Fuente: lavanguardia.com<\/a><\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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