La contaminaci\u00f3n ac\u00fastica <\/b>ejerce efectos negativos<\/b> sobre la salud <\/b>que van m\u00e1s all\u00e1 de los conocidos da\u00f1os auditivos, ya que tambi\u00e9n provocan numerosos efectos sobre el cuerpo que a menudo no atribuimos directamente al ruido. De hecho, una persona que pase mucho tiempo expuesta a niveles de ruido excesivos puede acabar sufriendo trastornos f\u00edsicos, psicol\u00f3gicos y sociales. Los estudios muestran que los m\u00e1s j\u00f3venes y las personas de avanzada edad son los m\u00e1s vulnerables, ya que la mayor\u00eda de adultos presentan niveles de tolerancia al ruido.<\/p>\n
Los ruidos <\/b> muy <\/b> intensos <\/b>y la contaminaci\u00f3n sonora cotidiana<\/b> prolongada en el tiempo (generada por ruido de fondo de tr\u00e1fico rodado o en el ambiente laboral) resultan muy nocivos para la salud. Sucesivas investigaciones y el seguimiento poblacional de personas que habitan en grandes y ruidosas \u00e1reas urbanas o en zonas tranquilas y poco contaminadas ac\u00fasticamente han constatado que una exposici\u00f3n regular a diversas fuentes de contaminaci\u00f3n sonora incide decisivamente en el padecimiento de alteraciones del sue\u00f1o, enfermedades cardiovasculares, problemas digestivos, estr\u00e9s, ansiedad, etc.<\/p>\n
Los riesgos para la salud dependen tanto del volumen o la intensidad del ruido, como de la frecuencia y duraci\u00f3n a lo largo del tiempo. Cuando nos exponemos a ruidos intensos durante breves periodos de tiempo, se pueden producir molestias puntuales y fatiga auditiva, que temporalmente induce una p\u00e9rdida de capacidad auditiva. En la mayor\u00eda de estos casos, le sigue una fase de recuperaci\u00f3n que puede ir de una hora a varios d\u00edas. Pero el da\u00f1o puede ser permanente cuando la exposici\u00f3n al ruido es excesivamente intensa (supera los 100 decibelios) o cuando, siendo menos intensa, se prolonga durante demasiado tiempo. <\/p>\n
Lamentablemente, la mayor\u00eda de la poblaci\u00f3n desconocemos los efectos <\/b> perjudiciales <\/b>que puede ejercer el ruido sobre la salud \u2013tanto f\u00edsica como ps\u00edquica\u2013, y su nivel de influencia <\/b>en ciertas enfermedades, sobre todo las de tipo cardiovascular.<\/p>\n
Tendemos a pensar que el cuerpo humano puede habituarse al ruido, y en parte es cierto, aunque tambi\u00e9n lo es que, aunque nos habituemos al ruido recurrente en nuestro entorno y, aparentemente, llegue a no molestarnos, en la pr\u00e1ctica, con una exposici\u00f3n regular por encima de 45 decibelios<\/b> se impide un sue\u00f1o apacible, por lo que el cansancio f\u00edsico y el estr\u00e9s permanente pueden incidir en una disminuci\u00f3n de las defensas y un aumento de las enfermedades infecciosas. Niveles de ruido constantes por encima de 55 decibelios pueden inducir cambios en el sistema inmunitario y hormonal susceptibles de provocar cambios cardiovasculares y nerviosos, con aumento de presi\u00f3n arterial y alteraci\u00f3n del ritmo card\u00edaco, deficiencias en la circulaci\u00f3n perif\u00e9rica e incremento de las tasas de colesterol, propiciando un incremento de riesgos de infarto de miocardio, derrame cerebral o ictus.<\/p>\n
Ruidos regulares de m\u00e1s de 60 decibelios<\/b> se asocian con aceleraci\u00f3n de la respiraci\u00f3n y del pulso, aumento de la presi\u00f3n arterial, alteraciones hipofisiarias, aumento de la secreci\u00f3n de adrenalina…<\/p>\n
Por encima de los 85 decibelios<\/b>, se agravan los problemas ya mencionados y pueden producirse efectos adversos considerables, como una clara disminuci\u00f3n de la secreci\u00f3n g\u00e1strica, con s\u00edntomas de gastritis o de colitis \u2013posiblemente debidas a la disminuci\u00f3n del peristaltismo digestivo\u2013; un aumento excesivo del colesterol y de los triglic\u00e9ridos, incrementando los riesgos cardiovasculares. De hecho, los ruidos fuertes y s\u00fabitos pueden llegar a causar infartos en enfermos con graves problemas cardiovasculares, arteriosclerosis o problemas coronarios.<\/p>\n
Otras patolog\u00edas asociadas a la contaminaci\u00f3n sonora se han relacionado con aumentos de la glucosa en sangre, reducci\u00f3n de la visi\u00f3n nocturna, alteraciones menstruales, aumento de la fatiga, dolor de cabeza y problemas neuromusculares que cursan con dolor y falta de coordinaci\u00f3n.<\/p>\n
Paralelamente, las investigaciones han observado una serie de efectos psicol\u00f3gicos asociados con la contaminaci\u00f3n ac\u00fastica, entre los que se encuentran: mayores niveles de irritabilidad, estr\u00e9s, insomnio, s\u00edntomas de depresi\u00f3n, inhibici\u00f3n del deseo sexual, bajo rendimiento en el trabajo, falta de concentraci\u00f3n o d\u00e9ficits de memoria.<\/p>\n
Por todo ello, el que en el Principado se est\u00e9n reduciendo los niveles de exposici\u00f3n de la poblaci\u00f3n a la contaminaci\u00f3n sonora es una muy buena noticia, y deber\u00e1 animar a las instituciones implicadas a seguir ejecutando nuevas medidas y estrategias que permitan minimizar al m\u00e1ximo la poco saludable contaminaci\u00f3n sonora. <\/p>\n