AENA admite que el problema se agrava por el incremento del tráfico aéreo

El Mapa Estratégico de Ruido (MER) del aeropuerto de Ibiza admite que a día de hoy hay 2.700 personas afectadas por la contaminación acústica de esta instalación. De ellas, hay 800 que quedan fuera de las medidas previstas en el Plan de Protección Acústica que se implantó con la última ampliación del aeródromo ibicenco y que se incluyen en un inventario preliminar de zonas de conflicto.

El documento, que está en exposición pública desde finales de julio de este año, considera que están afectados todos aquellos que viven en una franja en torno al aeropuerto en la que el nivel de ruidos es superior a los 55 decibelios (db) de noche y los 65 el resto del día. En el caso de Ibiza, se trata de las áreas de Platja d’en Bossa y la población diseminada al norte del aeropuerto, para las que se prevé tomar medidas a través de un plan de acción.

Así, se estima que hay más de un centenar de personas –según se redondea en el estudio– que padecen un excesivo nivel de ruido de día, otras tantas durante la tarde y más de 600 por la noche.

El MER también apunta a que desde la anterior fase de mediciones, la segunda, se han producido dos fenómenos. Por una parte se han incrementado las operaciones del aeropuerto un 17,4%, hasta las 72.503, respecto a las que se computaron en 2011, 55.445. En 2016 el aeropuerto ibicenco recibió 7,4 millones de pasajeros, un repentino crecimiento del 14% respecto al año anterior.

Fruto de este incremento, la superficie afectada por la contaminación acústica (delimitada en franjas isófonas, que abarcan una zona de igual sonoridad, como se observa en el mapa adjunto) ha aumentado un 21% desde 2011, al pasar de 10 km2 a 12 km2.

600 afectados más

Con ello, la población expuesta a un nivel de ruido por encima de los 55 decibelios ha pasado de 1.400 personas a superar las 2.000. En la anterior medición, el total de afectados estaban en Sant Josep, aunque en la fase III del MER también se incluye a tres centenares de vecinos de Vila. Así, si en 2011 había 600 viviendas afectadas por el ruido del aeropuerto, este año superan las mil, 200 de ellas en la capital oficiosa de la isla que no estaban antes. El número de las que sufren intensidades sonoras por encima de los 65 decibelios se ha mantenido en las 100 casas.

Según estos datos, sólo un centenar de personas estaban expuestas a más de 65 decibelios de nivel sonoro diario en 2011. Cinco años después, los afectados son más de 300, todos ellos en Sant Josep.

Todos estos casos se deben evaluar y comunicar a la Unión Europea. La mitad de personas expuestas viven en casas donde se superan los 60 db de intensidad sonora media, aunque en ningún caso se rebasan los 75 db, según las simulaciones realizadas por el Ministerio de Fomento. Para este cálculo, se penaliza el ruido en horario de tarde (19 a 23 horas) con 5 decibelios y con 10 el medido entre las 23 y las 7 horas.

Según esas simulaciones, en Sant Josep ha descendido este año el número de personas que padecen un nivel sonoro medio por encima de los 50 decibelios durante la noche, que son un centenar menos de las que había cinco años antes. Este es el único descenso que se registra en cuanto a población afectada dentro del ámbito sonoro evaluado en el MER.

Es Codolar se incorpora en 2011 a la lista de los aeropuertos que deben contar con estos mapas estratégicos del ruido. Ese es el año en que adquiere la condición de gran aeropuerto al superar por primera vez las 50.000 operaciones anuales.

Estos mapas se empezaron a elaborar en 2007 en aplicación de una directiva comunitaria de 2002 que obliga a establecer el grado de exposición de la población al ruido ambiental, la adopción de planes de acción para reducir sus efectos, sobre todo cuando se alcanzan niveles que pueden tener efectos nocivos en la salud. Además, plantea la necesidad de informar a la población sobre el ruido ambiental y sus consecuencias.

Tráfico medio del año

En cuanto a la metodología empleada, las simulaciones de contaminación acústica se han hecho en base a las 140 operaciones de media al día que arroja el total de aterrizajes y despegues registrados en 2016, más de 72.000, a pesar de que el propio MER observa la fuerte estacionalidad del tráfico aéreo en Ibiza, y la concentración de vuelos con los centros de negocio más cercanos en invierno (Barcelona, Palma, Madrid).

También se contempla un tráfico medio de 43,4 vuelos en horario de tarde y de 17 por la noche. Para las simulaciones se considera la temperatura media de la década previa, 18,9 grados en el caso de Ibiza, y la orografía del terreno.