En el estudio se señala que la respuesta de una especie al ruido no es necesariamente sencilla y es no fácilmente catalogable como positiva o negativa
El ruido que provocamos los humanos tiene un impacto negativo para los anímales, pero un equipo de investigadores irlandeses ha concluido que debe ser tratado como un “contaminante global”.
“El ruido afecta a muchas especies de anfibios, artrópodos, aves, peces, mamíferos, moluscos y reptiles”, han señalado científicos de la Queen’s University Belfast, que han publicado un estudio al respecto en la Royal Society Biology Letters.
Analizando una serie de estudios individuales de cómo el ruido humano afectada a determinadas especies de animales, Hansjoerg Kunc y Rouven Schmidt afirman que este problema debería ser visto como que la “mayoría de las especies son afectadas por el ruido en lugar de unas pocas especies siendo sensibles al ruido”.
A la mayoría
“El hallazgo interesante es que las especies incluidas van desde pequeños insectos hasta grandes mamíferos marinos, como las ballenas“, afirma Kunc a Science Alert. “No esperábamos encontrar que el ruido pudiera afectar a todas las especies animales“.
“No esperábamos encontrar que el ruido pudiera afectar a todas las especies animales”
En el estudio se señala que la respuesta de una especie animal al ruido de la actividad humana no es necesariamente sencilla y no puede ser fácilmente catalogada como positiva o negativa. La contaminación acústica humana y la respuesta animal a la misma deben verse en el contexto de un ecosistema, especialmente cuando se consideran los esfuerzos de conservación, señalan los autores.
“El ruido debe ser considerado como una forma grave de contaminación y cambio ambiental, ya que afecta tanto a las especies acuáticas como a las terrestres. Nuestros análisis proporcionan la evidencia cuantitativa necesaria para que los órganos legislativos regulen este factor de estrés ambiental de manera más eficaz”, indican Kunc y Schmidt.
El ruido humano impregna el medio ambiente en todos sus ámbitos: vehículos e industria en centros urbanos densos, aviones que surcan los cielos, buques oceánicos, extracciones mineras, etc.
Y las especies animales son afectadas en mayor o menor medida. Ejemplo de ello son las ballenas, que ven como sus comunicaciones se ven alteradas por el ruido de los motores de los barcos; los murciélagos, que ven afectado su sistema de detección de sonda a la hora de cazar; y, en general, a presas y depredadores, que son incapaces de detectarse mutuamente.