El uso de la bocina contribuye a la contaminación acústica en las grandes ciudades
Tras la contaminación medioambiental, las grandes ciudades presentan un segundo problema para la salud. Se trata de la contaminación acústica. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de las consecuencias que tiene para las personas estar expuestas a altos niveles de ruido. Concretamente, señala que, entre otras dolencias, provoca afecciones a las capacidades cognitivas, enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) estima que este problema causa 16.600 muertes prematuras al año en Europa y genera estrés a 32 millones de adultos y problemas de sueño a otros 13 millones. Según sus datos, el ruido procedente del tráfico rodado, principal fuente de contaminación acústica, afecta a más de 100 millones de personas en todo el continente, de las que 73 millones viven en zonas urbanas. De todos modos, las ciudades más ruidosas del mundo se encuentran en Asia. Y una de ellas es Bombay, donde se ha puesto en marcha una iniciativa para disuadir a los conductores de que toquen el claxon en los semáforos.
Horn not okay, please!
Find out how the @MumbaiPolice hit the mute button on #Mumbai’s reckless honkers. #HonkResponsibly pic.twitter.com/BAGL4iXiPH— मुंबई पोलीस – Mumbai Police (@MumbaiPolice) January 31, 2020
La policía de la ciudad ha compartido en su cuenta de Twitter un vídeo con el que quiere concienciar a los automovilistas para que hagan un uso responsable de la bocina. Y es que incluso cuando están detenidos en un semáforo rojo recurren abusivamente a este elemento del vehículo. Con el objetivo de que no lo utilicen en estas circunstancias, se han instalado unos sonómetros que detectan el nivel de ruido. Si la cifra supera los 85 dB, el contador del semáforo se reinicia, de modo que los vehículos pasarán más tiempo detenidos. Un cartel lumínico muestra el mensaje “cuanto más pitas, más esperas”.
Cabe señalar que el tope de decibelios establecido por las autoridades de Bombay es superior al que la OMS considera aceptable. En la guía de recomendaciones que este organismo internacional publicó en 2018, indicaba que la exposición al ruido del tráfico rodado debería limitarse a un máximo de 53 decibelios durante el día mientras que, durante la noche, este umbral no debería superar los 45 decibelios.
Tal como señalan desde la Dirección General de Tráfico (DGT), la normativa europea establece que son contaminantes todos los ruidos con una intensidad superior a los 55 decibelios (dB) emitidos durante el día y a los 50 dB durante la noche. Como referencia, indican que una calle con mucho tráfico alcanza los 75 dB.
En España, el uso del claxon está regulado en el Reglamento de General de Circulación. El artículo 110 del texto establece que “excepcionalmente o cuando así lo prevea alguna norma de la legislación sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial, podrán emplearse señales acústicas de sonido no estridente, y queda prohibido su uso inmotivado o exagerado”.
La OMS señala que la exposición al ruido del tráfico rodado debería limitarse a un máximo de 53 decibelios durante el día mientras que, durante la noche, este umbral no debería superar los 45 decibelios
Los conductores de vehículos no prioritarios solo pueden hacer advertencias acústicas en tres casos muy concretos. Para evitar un posible accidente y, de modo especial, en vías estrechas con muchas curvas. Para advertir, fuera de poblado, al conductor de otro vehículo el propósito de adelantarlo. Y para advertir su presencia a los demás usuarios de la vía cuando, como consecuencia de circunstancias especialmente graves, se ven forzados, sin poder recurrir a otro medio, a efectuar un servicio de los normalmente reservados a los prioritarios (ambulancias, policía, bomberos…).
El RACE ha hecho un listado de las multas que los agentes de tráfico pueden poner por utilizar de manera inadecuada el claxon. A continuación encontraréis cinco situaciones y la sanción económica que lleva aparejada.
Utilizar señales acústicas de sonido estridente: 80 euros
Utilizar señales acústicas sin motivo reglamentariamente admitido: 80 euros.
No obedecer la señal de prohibido realizar señales acústicas (R-310): 80 euros.
Circular con un vehículo utilizando señales acústicas especiales sin tener carácter de vehículo prioritario, especial o de transporte especial: 200 euros.
Circular con un vehículo no prioritario con aparatos emisores de señales acústicas especiales: 200 euros.