El nuevo decreto prohíbe funcionar con música antes de las 10. Los técnicos inspeccionaron los locales de Centro y Chamberí para obtener pruebas
Cinco «after» de Madrid tienen, literalmente, las horas contadas. La entrada en vigor de un nuevo decreto el pasado 8 de mayo ha permitido a los técnicos de Medio Ambiente realizar una campaña de inspecciones para obtener las pruebas suficientes como para imputarles entre todos 215 infracciones que conllevan el cierre de los locales durante meses –algunos de ellos incluso años– y multas cuyo monto total asciende a los 915.000 euros. Un sexto local, en la calle de Guzmán el Bueno, 104, en el barrio de Vallehermoso, también se señaló para la ronda de controles, pero cuando llegaron los inspectores se encontró ya sin actividad.
Con la modificación del decreto se introdujo la prohibición de funcionar con música antes de las 10 de la mañana. Incumplir las nuevas reglas implica una infracción grave, que puede ser sancionada con multas de entre 4.501 a 60.000 euros y, además, en cumplimiento de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (Lepar), se puede ordenar su cierre. El objetivo de este cambio fue dotar de un medio con el que poner coto a los «after», ya que este tipo de establecimientos utiliza antiguas licencias de bar que incluyen equipos de música entre los elementos amparados, por eso hasta ahora podían ejercer con horario de bar –de 6 a 2 o 2.30 horas– y tener música en funcionamiento en esa franja.
Sólo uno de los cinco recintos examinados, el conocido como Astronautas Jaguerground, en la calle de Santa Teresa, 14, en la zona de Alonso Martínez (Centro), acumula 127 infracciones y 504.500 euros de sanción. Según la información a la que ha tenido acceso ABC, tras recibir la notificación deberá clausurar el negocio durante 58 meses. Este «after» se anunciaba como tal, sin tapujos. Además, según explicaron fuentes municipales, este espacio tenía antecedentes sancionadores por incumplir las condiciones de insonorización, superación de decibelios, molestias graves, e incluso «habían obstaculizado la labor correctora».
En la calle de la Magdalena, 32, en Tirso de Molina, el local llamado Las Horas también indica en su publicidad que es un «after». Deberá cerrar un mes la actividad por acumular 39 infracciones y tendrá que pagar 258.500 euros de multa a las arcas públicas. Siguiendo el mismo patrón, el Soniquete, en la calle de Boix y Morer, 22, en Chamberí, tiene orden de clausura durante 10 meses por incurrir en once faltas y se le ha impuesto una pena económica de 21.500 euros. Al igual que los anteriores, se publicita como «after» y acumula antecedentes sancionadores por no insonorizar la sala, a pesar de que se le requirió que adecuara las deficiencias.
Otro conocido local del centro (cuya notificación está pendiente de recibir) cambió de titular tras ordenar el cierre del anterior. Reúne denuncias vecinales reincidentes por ruidos molestos. Su actitud despótica es tal, que en ocasiones se han negado a quitar la música cuando así se lo ha requerido la Policía Municipal. En este caso, tendrá que abandonar su actividad durante ocho meses. Los propietarios del negocio tendrán una multa de 61.500 euros tras cometer 17 infracciones.
Con un «modus operandi» diferente, el «after» de la calle de san Hermenegildo, 7 –cerca de la glorieta de San Bernardo–, no se anunciaba como tal, sino que se amparaba bajo el nombre de Asociación Cultural Fernando VI Sound Club para tratar de esquivar la ley. Presentaron una declaración responsable para constituirse con una figura distinta y, así, intentar evitar el control de la normativa. Los inspectores detectaron deficiencias graves por exceder los decibelios cerca de viviendas y por poner la música fuera del horario autorizado. Por ello, se les han notificado 21 infracciones con multas de 69.000 euros y orden de clausura durante un año.
Los intentos de la Agencia de Actividades por sancionar esta práctica han resultado infructuosos. Sobre todo, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid declarase que ejercían conforme a su licencia y, por tanto, no era posible imputarles ninguna infracción de la Lepar. Esta falta de herramientas para atajar la problemática generó impotencia en la comunidad de vecinos más afectada por la difícil convivencia con el «after» de la calle de Santa Teresa. Su desesperación les llevó incluso a demandar al Ayuntamiento por «inactividad» a la hora de actuar con contundencia contra estos negocios irregulares. Por fortuna para ellos y su descanso, a partir de ahora, este establecimiento ya no abrirá más en casi cinco años.
Con la modificación del decreto, la competencia para sancionar estas prácticas recae ahora sobre la Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental y corresponde al Área de Medio Ambiente y Movilidad, que dirige Borja Carabante (PP). Por eso, en aplicación del nuevo ordenamiento, los técnicos del Área realizaron una campaña de visitas a seis «after». Con los datos obtenidos, se lograron pruebas documentales fehacientes sobre el funcionamiento habitual de estos locales fuera de los horarios autorizados.
Todo ello les ha permitido imputar la comisión de una infracción grave por cada fecha de incumplimiento registrada, ya que se considera que cada acto es independiente entre sí. Se han tenido en cuenta como agravantes la intencionalidad manifiesta, la reiteración de los hechos, las graves molestias vecinales, su ubicación en una Zona de Protección Acústica Especial y el número de horas que tenían la música sin autorización cada día.