El 18% de los españoles sufre molestias por la contaminación acústica, en la media de la UE
Los españoles tenemos fama (seguramente merecida) de que hablamos muy alto. Basta con acudir a un bar o parar un segundo en una calle para comprobar que no es un mito. Pero, también hay que decir que otros europeos también chillan y hacen ruido, incluso más que los españoles o, al menos, ese ruido que generan es más molesto y causa más problemas a sus ciudadanos. Es el caso de los alemanes, los malteses y los ciudadanos de los Países Bajos.
Así lo pone de manifiesto un informe de Eurostat que mide la molestia subjetiva que los ciudadanos sufren por el ruido ambiental. Según este, casi una quinta parte de la población de la UE (18,3%) reconoce haber tenido problemas con los ruidos de sus vecinos o de la calle (datos correspondientes al 2018). Como es de esperar, la mayoría de los que se quejan de sufrir los efectos de las voces altas de los vecinos, del claxon de los vehículos o de los golpes en el suelo viven en ciudades.
Las personas que viven solas o las que habitan en hogares sin niños, las que reconocen tener más problemas con el ruido
En cuanto a los hogares, los que son unipersonales reconocen tener más problemas por la contaminación acústica que aquellos en los que viven más personas. Y entre estos, los que soportan más ruidos son los hogares en los que no hay niños. Lo más probable es que tanto los que conviven con otros y los que tienen niños estén más acostumbrados al jaleo.
Pero vayamos a los países. Según Eurostat, los españoles se encuentran en la media europea de ciudadanos que sufren problemas con los ruidos (18%), por debajo de países como Malta, donde el 28,2% asegura sufrir los efectos del ruido de los vecinos o de la calle, seguidos de los alemanes (27,8%) y los de los Países Bajos (27,1%). Les siguen los que viven en Portugal, Rumania y el Reino Unido.
En el extremos opuesto de la escala, la proporción más bajas de ciudadanos molestos por los ruidos ambientales se encuentran los croatas (8%), húngaros (8,5%), los estonios (8,6%) y los irlandeses (9,4%)