Cinco vecinos de la Urbanización Los Cerros de Montequinto de Dos Hermanas denuncian al colegio San Alberto Magno por la contaminación acústica que generan los niños al hacer deporte

Las instalaciones deportivas del CD San Alberto Magno, en la Urbanización Los Cerros de Montequinto de Dos Hermanas, en Sevilla, están clausuradas temporalmente. En un mensaje en la página de Facebook de la Escuela de Fútbol San Alberto Magno las familias han expresado su situación “nos encontramos con el cierre del campo de fútbol del San Alberto Magno después de diez años por cinco amiguetes que ponen denuncia tras denuncia. Somos 550 familias y las que han pasado por ahí. Lo rebatiremos en los juzgados”.

El juzgado de Dos Hermanas ha alertado de la decisión de clausurar estas instalaciones deportivas, sin poder exceder los cinco años de cierre, que se encuentran en el colegio del mismo nombre aunque el cierre afecta a las actividades extraescolares, incluidas la de los fines de semanas.

Las diligencias judiciales se iniciaron en diciembre de 2017 por un presunto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente. Todo ello, siete años después de inaugurarse la escuela de fútbol en 2010. Esta medida cautelar de cierre fue solicitada por los cinco vecinos el pasado mes de mayo y la Fiscalía se posicionó favorablemente en agosto.

La directora del centro, Teresa Amores, lamenta en declaraciones a eldiario.es el “acoso continuado que ha sufrido el centro desde hace años”. El colegio, fundado en 1945 y perteneciente a la cooperativa de profesores del propio colegio (COPSAM), de más de 25 años de antigüedad, afecta de lleno a los niños y niñas que disfrutaban de estas instalaciones deportivas “construidas por la empresa cooperativa sin ánimo de lucro con el único objetivo de dar una alternativa de ocio en una zona que, en su momento, no contaba con ninguna instalación deportiva similar”.

El ruido de los pequeños jugando al fútbol por las tardes o los dines de semana en horario fuera de clases ha sido el detonante de que el centro se haya tenido que enfrentar a todo tipo de fechorías por parte de los vecinos denunciantes. Según explica la directora, en ocasiones se han encontrado bolsas de basura en los patios, candados de puertas sellados con silicona, insultos a través de la reja, fotografías y videos desde fuera del colegio y la introducción de micrófonos.

“Han usado todos los medios y todas las artimañas a su alcance hasta que han conseguido su fin: el cierre de las instalaciones”, lamenta la directora, que asegura que en ningún momento estas personas se han dirigido al centro para exponer su malestar.

El auto del juez, respecto a las actividades que se vienen desarrollando en las instalaciones, al margen de lo que son propiamente actividades escolares y en horario no escolar, establece que “no hay constancia documental de licencia de actividad concedida por el Ayuntamiento de Dos Hermanas”. Estas instalaciones solo podían ser utilizadas para usos docentes en horario propio de estas. El juez concluye que, a parte de la licencia, se constatan “indicios razonables de la comisión del delito” contra los recursos naturales y el medio ambiente.

El centro educativo confía en que las instalaciones se reabran pronto para que los niños puedan hacer deporta como alternativa de ocio sana frente al uso dde las tecnologías, sobre todo en el contexto de la crisis sanitaria. Además esperan que el recurso interpuesto surta efecto para que este problema no siga dañando su reputación.