Los aficionados al «botellón» lo practican casi todo el año, salvo que llueva o nieve, pero las altas temperaturas de las noches de verano y las fiestas patronales que se celebran por toda la ciudad son un reclamo para quienes beben en parques y plazas.
Sin embargo, esa estampa de jóvenes rodeando bolsas de plástico con botellas está cercana a desaparecer. Un año después del aumento de las multas por consumo de alcohol en la vía pública ha descendido casi un 60% el número de sanciones impuestas por la Policía Municipal.
En el primer semestre del año se han impuesto 20.504 multas a los «botelloneros», frente a las 44.674 que se impusieron en todo 2012. El consistorio madrileño prevé que, de confirmarse esta tendencia, la reducción respecto al ejercicio anterior será de un 8%. Sin embargo, si se compara con el año 2011, cuando se abrieron 101.100 expedientes sancionadores, la reducción es de cerca de un 80%, lo que supone que 2013 es el año con menos multas desde 2008, cuando se impusieron 45.082 sanciones. Así, si a finales de 2012 la media era de 61 multas al día, en los primeros meses de 2013 la media cayó a 36 sanciones al día.
Desde el Ayuntamiento de Madrid consideran que, tras años de estudio y seguimiento para erradicar este fenómeno y con las campañas desarrolladas por la Policía Municipal, se ha logrado a día de hoy que los porcentajes en la estadística de denuncias por consumo de alcohol en la vía pública hayan disminuido muy significativamente en todos los distritos de la capital.
En esta reducción ha influido mucho que, desde el 15 de julio del año pasado se duplicase el importe de las multas por hacer «botellón». Así, la Comunidad de Madrid modificó la Ley de Drogodependencias y Otros Trastornos Adictivos, conocida como «ley antibotellón» para incrementar las sanciones. De esta forma, el coste subió a a 600 euros, con una reducción del 40% por pronto pago y se penaba la reincidencia con hasta un máximo de 60.100 euros. Además, en el caso de los menores de edad, no sólo se aumentó el precio de la multa a 500 euros, sino que sus padres se convertían en responsables civiles y debían abonar el pago de la multa por «botellón» de sus hijos.
Agilización de trámites
A esto se añadió que desaparecía la posibilidad de conmutar parte de la multa asistiendo a cursos de concienciación, ya que se demostró que eran ineficaces. Y, además, la modificación de la ley cambió también el sistema de tramitación, otorgando a los municipios la potestad de gestionar las multas. De este modo se agilizó su cobro y se multiplicó su eficacia, especialmente para quienes infringían la ley en su municipio de residencia, que recibían rápidamente la notificación de la sanción.
Según los datos recopilados por el Área de Seguridad y Emergencias, el perfil del «botellonero» es de un hombre joven que suele reunirse entre las 23 y las 4 horas para beber alcohol en zonas verdes y plazas del centro de la ciudad. Los distritos preferidos para esta práctica son Centro y también Moncloa-Aravaca, con especial incidencia en el Parque del Oeste y la Ciudad Universitaria. Con todo, también suele haber lugares donde los jóvenes se congregan para hacer «botellón» en otros distritos aunque, según la Policía Municipal, en otras partes de Madrid la incidencia es irregular y poco significativa a la hora de generar conflictos.
Apenas menores
Llama la atención que, pese a lo que pudiera suponer, la gran mayoría de los que beben en la calle son mayores de edad. De hecho, según los datos del último trimestre de 2012, apenas un 2% de quienes fueron multados por consumo de alcohol en la vía pública eran menores de edad. El 65% tenía entre 18 y 25 años y el 33% superaba esa edad. Igualmente, la gran mayoría procede de otros distritos de la capital (64%), frente al 27% que reside en otros municipios de la Comunidad. El 9% restante vive en otras provincias. Además, sólo un 24% son mujeres, frente al 76% de hombres.
Fuente: larazon.es
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