También ordena al Consistorio que revise la licencia del local tras tres años de litigios con unos vecinos que pedían medidas de insonorización

Han sido tres años de litigios, muchos más sin poder conciliar el sueño y dos las familias afectadas con historial médico de ansiedad por nerviosismo e insomnio. Años pidiendo medidas correctoras y sancionadoras por los ruidos de la terraza y el interior de un bar de la localidad salmantina de La Alberca.

Finalmente, este 22 de enero, el Juzgado Contencioso-Administrativo número 2 de la capital charra ha dictado sentencia condenando al Ayuntamiento a revisar la licencia del bar La Balsá en los términos exigidos por la Ley del Ruido y Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas. Y, en respuesta a la misma, «a adoptar las medidas necesarias para evitar la contaminación acústica procedente del interior del establecimiento y de su terraza, controlando debidamente el cierre de puertas y ventanas del local durante las horas de actividad del referido establecimiento; así como cuantas medidas resulten necesarias y pertinentes de conformidad con la legalidad vigente en el ámbito de sus competencias». Explica el letrado Agustín Bocos, especialista vallisoletano en Derecho Ambiental, «que el local carece de medidas de aislamiento y tampoco se ha revisado, como es preceptivo, su licencia.La ley exige doble puerta, un pequeño vestíbulo de entrada, ventanas cerradas… En la actualidad, sigue abierto salvo la terraza, solamente tiene alguna mesa y sillas sueltas. Lo importante es que el Ayuntamiento tiene que revisar licencia y exigir el cumplimiento de la normativa».

No piden dinero los demandantes, piden el control de los ruidos y de la hora de cierre, una competencia municipal. El establecimiento cuenta con licencia de actividad desde junio de 1997 y de apertura desde diciembre de 1998 para la actividad de cafetería y hostal. Y para su terraza cuenta con autorización municipal en la calle la Balsada, estrecha y corta lo que empeora el resultado de las voces y la música, durante los años 2021 y 2022. Diversas pruebas demuestran el exceso de decibelios soportados en las viviendas afectadas.

Piden en su demanda el control del cierre del bar desde las 22:00 horas hasta las 10:00 de la mañana

Recoge el texto judicial que los ruidos proceden de la terraza y del interior del establecimiento producidos por equipos e instrumentos musicales, además de por las voces de los clientes agravadas por el incumplimiento del horario de cierre y las dificultades de acceso por la calle que ocasiona la terraza. Por estos hechos los afectados han tenido que avisar en numerosas ocasiones a la Guardia Civil. Y piden en su demanda el control del cierre del bar desde las 22:00 horas hasta las 10:00 de la mañana.

La sentencia impone además las costas procesales al Consistorio; aunque limitadas a la suma de 600 euros por todos los conceptos. Y aunque cabe recurso, fuentes consultadas apuntan a que la Administración local acatará ya el fallo judicial.