La contaminación acústica afecta a estos pájaros con cerebros muy desarrollados y con capacidades cognitivas que son esenciales para orientarse

Una de cada cinco personas en Europa está expuesta todos los días a niveles de ruido nocivos para la salud. Así lo asegura un informe elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) publicado hace un año.

La contaminación acústica y el ruido del tráfico que soportamos a diario nos afecta directamente y se traduce en enfermedades físicas y psicológicas, alteraciones del sueño y una constante tensión del cuerpo y la mente. También afecta a nuestra concentración, como ya demostró un estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society, en niños escolarizados cerca de aeropuertos.

El ruido del tráfico altera la capacidad mental de los pájaros cantores

 El ruido del tráfico nos afecta en la salud física y menta. Tráfico en la calle Girona de la ciudad de Barcelona.

LV

Evidentemente, si nos afecta a nosotros también afecta a la fauna que vive en nuestras ciudades. Así lo ha comprobado un estudio científico, publicados en la revista Proceedings B, cuyos resultados sugieren que la contaminación acústica tiene “consecuencias previamente no consideradas para la vida silvestre”.

A través de pruebas de habilidad de resolución de problemas con pájaros cantores se ha demostrado cómo el ruido del tráfico afecta las habilidades de los animales.

Los científicos asignaron a un grupo de diamantes zebra (Taeniopygia guttata) una serie de tareas de alimentación en presencia o ausencia del ruido. Descubrieron que con ruido de coches disminuía la capacidad de las aves para encontrar comida.

El solo hecho de escuchar un automóvil pasar es suficiente para afectar realmente sus habilidades

Christopher TempletonAutor principal del estudio

El profesor Christopher Templeton, de la Universidad del Pacífico en Oregon, EE. UU. y autor principal del estudio, asegura que “el solo hecho de escuchar un automóvil pasar es suficiente para afectar realmente sus habilidades”.

Las pruebas fueron diseñadas imitando las habilidades de resolución de problemas y la búsqueda de alimentos que estas aves desempeñan en la naturaleza. Una consistía en recuperar comida de debajo de “tapas” en forma de hojas que las aves tenían que girar para revelar la recompensa. En otra prueba, las aves tuvieron que abrirse camino hacia un cilindro que tenía un trozo de comida dentro.

En el grupo de control que no se sometió al ruido, “pudimos medir la velocidad a la que los pájaros lograban dominar nuevas habilidades, aprender a asociar diferentes colores con recompensas, recordar diferentes lugares…”, enumera Templeton.

En los individuos expuestos al ruido, la capacidad de aprendizaje se “redujo drásticamente”, añade este biólogo. Se tardó hasta el doble de tiempo en resolver un problema (18 intentos para recordar el lugar de un escondite, frente a 9 para los pájaros no sujetos a ruido).

El debilitamiento de sus capacidades cognitivas podría tener un impacto significativo en su adaptación al entorno

Christopher TempletonAutor principal del estudio

Los autores del estudio explican que estos resultados evidencian, aún más, que el ruido producido por el hombre tiene una variedad de efectos negativos en la vida silvestre. De hecho, se añade a la larga lista de las ya conocidas consecuencias como la alteración de la capacidad de comunicarse, de evitar a los depredadores o que crea interferencias para el apareamiento.

“Muchos pájaros cantores usan su cerebro para resolver diferentes problemas y aprender del mundo que los rodea. El debilitamiento de sus capacidades cognitivas podría tener un impacto significativo en su adaptación al entorno”, concluye Templeton.