Yomara García Viera, abogada y presidenta de la Asociación Nacional de Juristas contra el Ruido, critica que los mapas de ruido “no tienen en cuenta fuentes de ruido como el ocio”

 

“Como el ruido no es visible, pensamos que no molesta, pero existen excesos de límites”, afirma Yomara García Viera, abogada y presidenta de la Asociación Nacional de Juristas contra el Ruido en una entrevista con Tourinews.

La jurista, que asevera que es un bulo creer que se puede hacer todo el ruido que se quiera durante el día o en la casa, lamenta que “el ruido y la contaminación acústica destrozan vidas”. Añade, además, que la contaminación acústica estropea la experiencia turística. “Si yo voy a un hotel a descansar en un spa y, de repente, llega una persona con un aparato y empieza a ponerme la música a tope, pues molesta”, recalca.

Pregunta (P): ¿Qué es y cuál es la labor de Juristas Contra el Ruido?

Respuesta (R): La Asociación Nacional de Juristas contra el Ruido nació hace más de 20 años, precisamente en 2001, justo antes de que saliese la ley del ruido en 2003. Se constituyó por profesionales del derecho que estamos especialmente sensibilizados en la temática ambiental acústica y que promovemos la defensa de los derechos fundamentales de la salud de aquellas personas afectadas por el ruido.

P: ¿Por qué existe una asociación como esta?

R: Hay una necesidad tremenda de concienciación, de sensibilización sobre el problema del ruido y la contaminación acústica y, sobre todo, de proteger y defender a las personas afectadas, que sufren muchísimo. Nosotros muchas veces decimos que en vez de clientes tenemos pacientes, porque realmente son personas que sufren mucho porque el ruido y la contaminación acústica destrozan vidas.

P: Es más común encontrar asociaciones de afectados que de profesionales, ¿lo han hecho por una cuestión de ética, de sentimiento…?

R: Es un tema de vocación absoluta, de la lucha de David contra Goliat. Creemos profundamente en lo que hacemos. Nos gusta defender al más perjudicado, al más indefenso, a las personas que muchísimas veces tienen que luchar contras las administraciones públicas, que tienen muchos más medios. Nos encanta lo que hacemos y muchos de nosotros hemos sido personas afectadas por la contaminación acústica o hemos tenido alguna relación con algún afectado.

P: ¿Existe un ruido legal y otro ilegal?

R: El ruido es un sonido molesto no deseado. Existen unos límites administrativos que vienen establecidos en las ordenanzas o en la legislación estatal. Existen límites de día, de tarde y de noche, es un concepto que hay que tener muy claro porque hay muchos bulos. Hay gente que dice “Yo puedo hacer todo el ruido que pueda durante el día” o “Puedo hacer todo el ruido que quiera en mi casa, porque es mi reino y hago todo lo que me dé la gana”. Eso no es así, existen límites administrativos de día, de tarde y de noche; y además existe la ilicitud civil del ruido: aunque no se superan determinados límites administrativos, que son aquellos que establecen los ayuntamientos para sancionar o adoptar medidas correctoras, hay actividades que no llegan a superar esos límites y también son molestas y puede ser declaradas ilegales en la jurisdicción civil.

P: ¿Dónde acaban las libertades de uno y los derechos de otro?

R: Hay un artículo que, a nosotros, Juristas contra el Ruido, nos encanta que es el 7.2 del Código Civil, relativo al abuso del derecho. Yo no puedo excederme en mi domicilio hasta el punto de que ese ruido trascienda al domicilio del vecino. No puedo abusar de ese derecho para perjudicar a otro, tendría que cesar o ser condenado a la cesación de esa actividad molesta e indemnizar los daños y perjuicios. Entonces, no puedo hacer lo que me dé la gana en mi casa o en la calle porque sea de día, hay unos límites y el límite está, también, en el abuso de derecho.

“Como el ruido no es visible, pensamos que no molesta, pero existen excesos de límites”

P: Entonces también depende de la sensibilidad del afectado, ¿no?

R: Eso se suele decir mucho para justificar la contaminación acústica. Es verdad que el ruido es subjetivo y además obsesivo —el ruido, no las personas—. Si una persona es afectada por el ruido, al final se acaba enfermando y le produce una obsesión. Cuando una persona llega a casa y sabe que se va a producir ese ruido, porque ya hay una frecuencia y una habitualidad, le da ansiedad anticipatoria y somatiza absolutamente todo como si lo estuviera viviendo antes de que se produzca. Efectivamente, el ruido es subjetivo, porque cuando yo me estoy divirtiendo en una actividad nocturna, una boda o una fiesta no me molesta, pero si estoy estudiando una oposición, quiero dormir o he hecho guardias a mí me molesta el ruido de la calle o que el vecino ponga la televisión o la música muy alta. Igualmente, si yo voy a un hotel a descansar en un spa y, de repente, llega una persona con un aparato —más ahora que hay muchos amplificadores portátiles— y empieza a ponerme la música a tope, pues molesta. En efecto el ruido es subjetivo, pero a nadie se le ocurriría decir que el exceso del límite de velocidad de un coche es subjetivo. El problema está en que, como el ruido no es visible, pensamos que no molesta, pero existen excesos de límites. Por lo tanto, igual que paramos un vehículo porque tiene un exceso de velocidad, deberíamos parar una actividad cuando hay exceso de límites de ruido.

P: ¿Cuáles son los factores que determinan si un ruido es nocivo? ¿Es solo una cuestión de decibelios?

R: No. Intervienen otros factores como la frecuencia. No es lo mismo un ruido que se produce en un momento puntual y determinado, que uno que se repite durante días, meses y a todas horas. También es importante la intensidad, a veces creemos que para que un ruido moleste tiene que ser muy elevado, pero puede ser muy dañino por su persistencia en el tiempo.

P: ¿Existe alguna forma de medirlo?

R: Efectivamente. Los mapas de ruido son importantes, pero el problema que vemos siempre es que únicamente valoran el tráfico rodado, el aeroportuario, ferroviario, etc. y no tienen en cuenta otras fuentes de ruido como el proveniente del ocio. Aunque la legislación sí que permite que se introduzca en los mapas de ruido, no se suele hacer, aunque hay administraciones que están empezando a incorporarlo. Es más fundamental el plan de acción. Con todos los respetos, suelo decir que el mapa de ruido es un mapa de colores si no va acompañado de un plan de acción. De nada me sirve tener la foto si no puedo acometer un plan de acción para resolver ese problema y, desde luego, si no se dota de presupuesto ese plan. Muchas administraciones hacen el mapa de ruido, y además fuera de plazo, simplemente porque lo exige la UE y por miedo a las sanciones.

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