El delito de contaminación acústica en España, el ruido excesivo, se castiga con penas de prisión, además de multa e inhabilitación, dependiendo de la gravedad. El Tribunal Supremo ha confirmado una condena de tres años y medio de cárcel al dueño de un bar por exceso de ruido en sus veladores. Los ayuntamientos deben vigilar el ruido en sus calles y actuar en caso de contaminación. Hablamos con dos abogados de la asociación de juristas contra el ruido.


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