El fiscal pide 5 años de cárcel por contaminación acústica para los dueños de un bar de Castellón. Los afectados describen las molestias y el propietario se defiende asegurando que desconocía las denuncias

El hombre acusado por la Fiscalía de un delito de contaminación acústica causado por la terraza del establecimiento hostelero que regentaba en la ciudad de Castellón declaró este martes ante el Tribunal de la Sección Primera asegurando que cuando en septiembre del año 2011 empezó a gestionar el bar, el antiguo titular ya contaba con una terraza. De igual manera, el acusado, que se enfrenta a un pena de prisión de cinco años de cárcel, tal y como apunta el fiscal, ha destacado que puso un toldo a la terraza y ha admitido que había en torno a 12 o 14 mesas con sus correspondientes 48 y 56 sillas, cifra que contrastó con el acto de precinto que realizó la Policía Local, donde se contabilizaron un total de 23 mesas y 69 sillas en la terraza.

De igual manera, el acusado, que necesitó una intérprete de chino al no poder expresarse directamente en español, destacó que no tenía televisión ni aparatos de música en la terraza y reconoció que contaba con un castillo hinchable en el interior del local, que está ubicado en el zona de Sensal.

«No tuve conocimiento de las quejas de los vecinos, muchos de mis clientes son vecinos de la zona con los que tengo buena relación y no quiero molestarlos», indicó el acusado ante el Tribunal asegurando que recibió la notificación municipal de 2012 ya no instaló la terraza hasta la posterior autorización municipal, en abril de 2013. El acusado subrayó también que realizó diferentes medidas para amortiguar el ruido cambiando puertas y ventanas del local hasta conseguir el visto bueno del consistorio.

Respondiendo a la letrada de su defensa, el acusado aseguró que desde 2013 a 2015 había abonado al consistorio 2.400 euros por la ocupación de vía pública.

TESTIGOS Y VECINOS

Tras la comparecencia del acusado también declararon como testigos diferentes vecinos afectados, residentes en los pisos del edificio en cuyos bajos se halla el local. Algunos de ellos responsables de haber firmado las diferentes denuncias y demandas cursadas.

«Varios vecinos presentamos varias reclamaciones al Ayuntamiento por las molestias que sufríamos y pusimos una denuncia al establecimiento del acusado y a otra cervecería aneja a este local que ya ha cerrado», indicó una de las vecinas que declaró a las preguntas de la representante del Ministerio Público, recordando que si en el año 2005 y en 2009 y 2010 se cursaron 1 o 2 quejas, tras la asunción del nuevo titular del local, el acusado, se cursaron ante el consistorio 4 quejas en 2011 y 21 en 2012.

«Como no podía dormir me entró ansiedad y el médico me mandó tratamiento para la ansiedad, la depresión y pastillas para dormir», aseguró ante el juez esta vecina, que a preguntas de la defensa negó que la Comunidad de propietarios del edificio autorizara la instalación de una terraza en la zona privada de uso público del edificio que colinda con la acera (vía pública).

DOS NIÑOS DE 4 AÑOS

Entre las declaraciones de los vecinos afectados destacó la de una madre de dos niños de 4 años. «El bar abría desde la 7.30 de la mañana hasta las 3 de la madrugada y había tanta gente bebiendo y gritando que no nos dejaba descansar», aseguró esta madre de dos pequeños que insistió en precisar que «quien no vive esta situación es bastante complicado de explicar lo mal que se siente una madre porque no haya una solución para que sus hijos descansen y no se duerman al día siguiente en clase».

La vecina precisó que buscó ayuda psicológica para sus hijos, que no dormían por las noches y a veces siguen sin poder hacerlo porque aún sin terraza hay personas que siguen bebiendo y gritando fuera del local. «Yo sigo en tratamiento médico y mis hijos tienen secuelas, uno tiene problemas de sueño y migrañas y otro sufre de falta de concentración», indicó la vecina, valorando que la actuación del Ayuntamiento no era la correcta ya que cree que el local no está insonorizado correctamente.

En este sentido, la jefe de sección de los negociados de control urbanístico del Ayuntamiento de Castellón declaró ante el Tribunal que propuso la clausura de la terraza ante el expediente cursado en 2012. No obstante, aseguró que tras la ordenanza aprobada por el consistorio de mesas y sillas la gestión y autorización de las terrazas pasó al departamento de movilidad urbana.

«El propietario de un local es el responsable de elaborar la auditoria acústica», precisó la técnico municipal, quien también indicó que propuso que se levantase la medida policial instaurada para realizar las mediciones pertinentes al objeto de pronunciarse favorable o desfavorablemente ante las solicitudes del local para volver a instalar la terraza, tanto en la zona de vía pública como en la privada (zona esta última donde el local nunca contó con autorización).

Fuente: elmundo.es