Exige un registro de locales con terrazas y medidas correctoras allá donde los niveles de ruido excedan los límites

La Federación de Asociaciones de Vecinos de València ha acusado al Ayuntamiento de “total dejadez” ante la contaminación acústica causada por la saturación de terrazas, el botellón, los apartamentos turísticos, el tráfico y las despedidas de solteros, identificados como los principales focos de ruido.

En un comunicado, han lamentado que el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, y su equipo de gobierno incumplan su propio programa electoral y las denuncias que lanzaban cuando estaban en la oposición y han exigido medidas correctoras donde se excedan los niveles legales de ruido y la creación de un observatorio del ruido.

Según la Federación de Vecinos, en dos años, el nuevo gobierno local ha sido “incapaz de poner en marcha ni uno solo de los puntos que establece su propio programa electoral”, pese a las continuas quejas y denuncias de asociaciones de vecinos y particulares.

Han recordado que, desde la oposición, Ribó urgió al gobierno del PP a convocar de manera urgente la comisión de seguimiento de la declaración de la zona acústicamente saturada (ZAS) del Carmen pero años más tarde, ya en el gobierno, “la situación de este barrio es la misma o incluso, peor”.

De hecho, la asociación Amics del Carmen ha anunciado que solicitará al juzgado la ejecución de la sentencia que obliga al Ayuntamiento a establecer las medidas correctoras oportunas como zona ZAS, que contará con el apoyo de la Federación.

La Federación creó el pasado noviembre una mesa de trabajo con las asociaciones de los barrios ZAS (Carmen, Xúquer, zona Woody, Juan Llorens) y los susceptibles de ser declarados (Cedro, Benimaclet, Ruzafa) para detectar focos de ruido y proponer posibles soluciones y sus conclusiones se entregaron al alcalde en una reunión que mantuvieron en diciembre.

Entre las medidas para hacer frente a estos problemas se propuso crear un registro público de los locales con terraza, actualizar el mapa del ruido con mediciones en todos los barrios y la puesta en marcha de medidas correctoras cuando se superen los límites.

También se planteó crear un observatorio municipal de contaminación acústica con los agentes implicados, que se reúna con al menos una vez al trimestre para poner en común las medidas de las diferentes delegaciones municipales y sus resultados.

Además, se solicitó que el Ayuntamiento asumiera la gestión de denuncias graves y muy graves que actualmente son competencia de la Generalitat, pero que no tiene capacidad para tramitar, por lo que acaban prescribiendo.

Seis meses después de esta reunión, no se ha ejecutado ni una sola de las propuestas, según ha denunciado la Federación, que ha exigido por registro de entrada que se le faciliten los datos sobre la gestión de las terrazas, cuántas hay autorizadas, bajo qué parámetros y cuántas han sido sancionadas o denegadas.

Los portavoces de las diferentes asociaciones de vecinos han coincidido en denunciar que la situación es peor en estos momentos que hace dos años por el aumento de la mayor ocupación de la vía pública por parte de terrazas y mobiliario de negocios urbanos de todo tipo, por la falta de respuesta policial y por la falta de transparencia del Ayuntamiento a la hora de dar información.

Además, han asegurado que no quieren que su barrio sea Zona ZAS, pero “si no hay más remedio, se solicitará”, y han rechazado el modelo de ciudad exclusivamente turístico porque, han recordado, “el descanso es un derecho y el ocio es una opción”.