Los objetivos finales de esta innovación son desarrollar alas de avión que produzcan menos ruido e introducirlas a la industria aérea lo antes posible.
Así es el nitinol, el material inteligente clave para los viajes a Marte de la NASA.

Los aviones producen un ruido fuerte cuando despegan y aterrizan en las pistas. Estos estruendos pueden llegar a ser molestos para aquellas personas que vivan cerca de un aeropuerto. Sin embargo, los investigadores del Centro de Investigación Langley de la NASA han experimentado una ala de avión para intentar reducir la contaminación acústica.

El objetivo de este proyecto se basa en reducir el ruido que generan los aviones, además, la NASA cuenta con un laboratorio avanzado que participa en el ‘Advanced Air Transport Technology Project’ (Proyecto de Tecnología de Transporte Aéreo) para suavizar el ruido.

El nombre que recibe esta ala es ‘CRM- QHL’ (Quiet-High-Lift del Common Research Model) y actualmente se encuentra el túnel subsónico 14×22 en el centro de investigación de Langley para seguir realizando pruebas. Los investigadores han utilizado métodos de amortiguación de sonido y una serie de micrófonos específicos para comprobar los ruidos que se emitían por el ala.

David Lockard, investigador principal de CRM- QHL, afirma que “la mitigación de la emisión de ruido no solo tiene beneficios para los residentes que viven cerca de los aeropuertos, sino que también tiene beneficios económicos, ya que las tarifas de aterrizaje en muchos aeropuertos están vinculadas al ruido generado por las aeronaves que utilizan las pistas”.

Las fuentes no propulsoras incluyen dispositivos como las superficies flexibles que están situadas en el borde delantero y trasero del ala. Por otro lado, las pruebas de este modelo y las mediciones del ruido han sido suficientes para identificar la fuente que genera más ruido, en este caso es la superficie de ataque.

Para evitar estos estruendos, la NASA diseñó diferentes tipos de ala para ponerlas a prueba en el túnel de viento subsónico de las instalaciones de Langley. Estas muestras tenían la intención de mostrar la reducción de ruido en las superficies auxiliares situadas en el borde delantero del ala que están construidas con ‘shape-memory alloys’ (aleaciones con memoria de forma).

David Lockard añade que “las aleaciones con memoria de forma les permiten sufrir deformaciones relativamente grandes y necesarias para que estos dispositivos se guarden cuando se retraigan las superficies auxiliares”.

La primera prueba de estas alas se realizó en enero de 2021 para demostrar la eficiencia de la reducción de los ruidos. Además, para desarrollar la reducción del ruido, la NASA construyó una versión a escala 1:10 del modelo para evaluar posibles mejoras.

Fuente: 20minutos.es