La insonorización realizada por Cort tras una sentencia “no ha servido para nada”, según los denunciantes.

La pista deportiva de Can Baró, en el barrio de Son Armadans, debe volver a cerrar esta semana debido a una orden judicial. Una providencia notificada a Cort el pasado día 29 otorga un plazo de cinco días para su clausura, así como la retirada de las porterías. Además, requiere al consistorio palmesano que se abstenga de “continuar realizando o autorizando cualquier actividad en sus instalaciones mientras no sea acreditado el cumplimiento” de una sentencia anterior que obligó al Institut Municipal de l’Esport (IME) a insonorizar este recinto, ubicado entre las calles Tomàs Vila y Joan Maria Thomàs.

El juez del juzgado contencioso administrativo número 2, Alejandro González Mariscal de Gante, ha resuelto a favor de la pareja de residentes que lleva diez años de lucha para que el Ayuntamiento reduzca el ruido que provoca la práctica deportiva en la pista de Can Baró. El magistrado señala en su escrito que no se ha cumplido “con la primera de las medidas acordadas en la sentencia firme”, en referencia al “cese de ruidos y molestias […] por encima de los límites legalmente establecidos”, ya que la insonorización llevada a cabo por Cort hace un año “no ha servido para nada”, en palabras del denunciante.

Además, la providencia señala que “no consta que se haya adoptado actuación alguna en relación con la segunda medida”, es decir, instalar un “cerramiento perimetral de la instalación que impida la entrada no autorizada de personas, junto con la retirada de la pista de las porterías y otros elementos deportivos para impedir el ejercicio de cualquier juego o actividad por parte de intrusos”, según se puede leer.

El Ayuntamiento tiene un plazo de cinco días para interponer un recurso de reposición a contar desde el siguiente a su notificación, establece la providencia.