- José Juan Barajas, médico tinerfeño recién distinguido por la American Academy of Audiology, repasa en esta entrevista su carrera profesional y analiza las cuestiones esenciales sobre el tratamiento hoy en día de la discapacidad auditiva
- “Los mayores con pérdidas auditivas están más desamparados, sobre todo aquellos que se hallan en riesgo de exclusión social”
- “Un estudio de nuestra fundación demuestra que el 25% de los adolescentes canarios están expuestos a ruidos durante el ocio que pueden ocasionar lesiones auditivas”
- “Ayudar a una persona mayor a mejorar su audición, y por lo tanto, a comunicarse mejor, ha constituido una de las acciones más gratificantes de mi carrera”
Al doctor tinerfeño José Juan Barajas se le ve orgulloso por este nuevo reconocimiento, y no es para menos. El prestigioso otorrinolaringólogo canario se ha convertido en el primer español distinguido con el Premio Internacional en Audición de la American Academy of Audiology, un galardón que tendrá el honor de recibir el jueves de la semana próxima en la ciudad estadounidense de Indianápolis.
Tras darse a conocer esa noticia, el médico santacrucero ha tenido a bien entrevistarse con este medio de comunicación, en cuya charla aborda las sensaciones que ha tenido con motivo de ese reconocimiento internacional y las cuestiones más relevantes que afectan a su campo de actuación: la atención de los problemas de audición.
El doctor José Juan Barajas, que dirige la Clínica Barajas en la capital tinerfeña y preside la Fundación Doctor Barajas para la Prevención e Investigación de la Sordera, reconoce que lo mejor que ha hecho en su ya larga trayectoria profesional dentro de la medicina ha sido “ayudar a las personas mayores a mejorar su audición, y por lo tanto, a comunicarse mejor”. Esto, lo reconoce con entusiasmo, “ha constituido una de las acciones más gratificantes de toda mi carrera”.
Todos los días no se recibe una noticia tan satisfactoria como la que usted ha conocido en estos días. Vamos, que todos los días no se abre un email que lleve un mensaje de tanta importancia: la concesión de un premio internacional, o sea, mundial, instituido por nada más y nada menos que la American Academy of Audiology (Academia Americana de Audiología -AAA-). ¿Cómo reaccionó cuando se le comunicó de forma oficial que era el destinatario de tal distinción?
Recibí el mensaje con profunda gratitud. Mi agradecimiento también tiene una componente personal, porque se premia mi dedicación a la audiología desde una perspectiva estrictamente médica. Los audiólogos americanos siguen un modelo que se aproxima al médico pues utilizan los test audiológicos para establecer posibles lesiones a lo largo de la vía auditiva. Esto es precisamente lo que yo, en gran parte, he hecho a lo largo de mi carrera, tanto desde el punto de vista clínico como en la investigación.
Aparte de esas sensaciones, seguro que muy humanas, nos puede decir qué importancia tiene este premio para un profesional con tan reconocido prestigio como es su caso. ¿Qué elementos singulares tuvo en cuenta la Academia Americana para poner el punto de mira en su trabajo profesional?
Esta pregunta enlaza con la anterior. La AAA tuvo en cuenta que, a pesar de mi diferente formación académica (como usted sabe, yo provengo del campo de la medicina y soy en esencia otorrinolaringólogo), mis intereses académicos y mis contribuciones permiten que se me pueda asociar a un audiólogo tal y como este se concibe en América. Sin duda, me siento muy honrado con esa asimilación.
Ahora habrá que asistir a la ceremonia de entrega de la distinción. ¿Cuándo y dónde será? ¿Qué importancia cree usted que tiene representar a Canarias en esa cita?
La AAA tiene su congreso anual en 2017 en Indianápolis, entre los días 5 y 8 de abril próximos. Yo llevo a esa cita una presentación en la que destaco algunos aspectos de mi vida profesional y académica, aunque creo que lo que ha sido más importante es que, incluso en condiciones de pocos recursos, hayamos podido llevar a cabo trabajos respetables. Siempre aflora ante un reconocimiento, y debe ser así, el sentido de pertenencia, que, como usted sabe, en mi caso son nuestras islas, donde he desarrollado gran parte (no toda) de mi trayectoria profesional.
En su ya amplia y exitosa carrera dentro de la medicina, de manera específica como otorrinolaringólogo y audiólogo, qué importancia había dado a la American Academy of Audiology y en qué aspectos consideraba que destaca esa institución.
La AAA tiene entre sus asociados a profesionales extraordinariamente cualificados, a los que profeso gran admiración. Han contribuido de forma fundamental al desarrollo de la audiología. Yo he participado en muchos congresos en América y he tenido gran interacción con esos colegas americanos. Los que hemos vivido en este planeta los últimos 50 años hemos tenido oportunidad de ver cambios sustanciales en el mundo de la audiología. Muchos de esos avances han sido gracias a las aportaciones de colegas americanos miembros de la AAA.
¿Es usted el primer canario que recibe el llamado en inglés Internacional Award in Hearing (Premio Internacional en Audición)? ¿Quizá también el primer español? ¿Tiene estos datos?
Sí, creo que no se ha concedido a otro español con anterioridad. En España la audiología no existe como especialidad y, en general, la audiología española está poco representada en los foros internacionales.
La concesión de ese premio al médico José Juan Barajas se puede trasladar a que el trabajo que se realiza en Tenerife en audiología es del máximo nivel internacional. ¿Así usted lo cree?
Me limito a hablar solo de nuestra actividad académica. Yo creo que hemos contribuido de forma respetable en multitud de seminarios y reuniones científicas, y también con publicaciones en las revistas más prestigiosas en audiología. Aquí hemos organizado los congresos de la especialidad más importantes del mundo, y yo he tenido el privilegio de servir en los comités ejecutivos de las principales sociedades internacionales en audiología.
En relación con esas atenciones de marcado carácter socio-sanitario, ¿qué aspectos considera que deben ser mejorados con relativa urgencia en las islas y cuáles considera que son los obstáculos ya superados, por fortuna?
Creo que se ha conseguido mucho en el ámbito de los screening neonatales, que funcionan en nuestros hospitales públicos. Ahora se diagnostica la pérdida auditiva precozmente y se llevan a cabo las intervenciones apropiadas. Las personas de edad, los mayores, con pérdidas auditivas están más desamparadas, sobre todo aquellos en riesgo de exclusión social.
La deficiente audición o la sordera profunda generan muchos problemas de comunicación e integración social. ¿Cuáles entiende que son los más importantes y cómo se debe actuar en estos casos para aminorarlos o corregirlos?
El fin último de un programa de atención a las personas con discapacidad auditiva debe ser la integración social, que puede verse dificultada por la no aceptación del defecto auditivo en primera instancia. Se debe tener en cuenta que la pérdida de audición puede implicar aislamiento y cambios emocionales lo suficientemente serios como para perder interés por la principal obligación que tiene un ser vivo: la de vivir. Además, puede tener gran repercusión en el entorno familiar, laboral y social. Los niños y jóvenes pueden experimentar dificultades de aprendizaje, lo cual afecta negativamente al proceso de integración escolar. En todo caso, hay que sensibilizar, a la vez que instruir, a la población para que entienda el mundo del sordo. Es importante dotar los espacios públicos y privados de las condiciones de accesibilidad necesarias para las personas con discapacidad auditiva.
Usted, pese a tantos años de trabajo acumulados en este campo, en el que es un verdadero especialista, aún sigue en el tajo. ¿Qué lo mantiene en activo y qué proyectos más relevantes tiene en mente?
A mí me interesa la especialidad y guardo intacta mi curiosidad por los aspectos clínicos y académicos, a los que he dedicado mi interés a lo largo de toda mi vida profesional. Yo lo paso bien en la clínica. La experiencia profesional proporciona al médico una manera distinta en la relación con el paciente. El médico que lleva años ejerciendo ve la sintomatología concreta de un paciente asociada a un contexto más amplio, que es el de su personalidad, lo que, para ser un buen médico, siempre hay que tener en cuenta.
Como es bien conocido en Tenerife y en Canarias, usted sigue siendo la principal referencia médica en la santacrucera Clínica Barajas, una institución sanitaria que además ha apostado por el apoyo a las personas con menos recursos que pueden padecer sordera. Esta labor se realiza a través de la Fundación Doctor Barajas para la Prevención e Investigación de la Sordera. ¿Qué proyectos se desarrollarán este año y qué balance realiza de lo conseguido en los últimos ejercicios?
Los proyectos que ha llevado a cabo esa fundación en los últimos años han estado dirigidos a favorecer la autonomía y la integración social de las personas que sufren precariedad económica. Algunos de esos proyectos se han dirigido a personas mayores de la isla, pero también a personas con discapacidad auditiva con cualquier rango de edad. Ese proyecto contempla la adaptación de prótesis auditiva, a la vez que la asistencia clínica, audiológica y audioprotésica sin coste alguno. También proporcionamos apoyo familiar y social, en los casos en que este sea necesario. En nuestros proyectos ha sido crucial la red de colaboración establecida con diferentes instituciones, como los servicios sociales de los ayuntamientos de la isla, las instituciones insulares que se ocupan de los colectivos de mayores y de la discapacidad, y las entidades que trabajan con personas en situación de vulnerabilidad.
También tenemos algunos proyectos para mejorar las condiciones de accesibilidad de las personas con discapacidad auditiva y hay algunas iniciativas presentadas por la fundación que tienen como objetivo ayudar a la integración laboral de las personas sordas. En estos años, la fundación ha pretendido contribuir a aumentar la conciencia y a sensibilizar a la población acerca de las dificultades en las que viven las personas con pérdida auditiva. Nuestro balance de estos años es positivo, y en el futuro espero seguir contribuyendo a la mejora del bienestar personal de los pacientes con discapacidad auditiva.
Las personas que habitan el llamado mundo desarrollado se mueven en espacios en los que no faltan los ruidos excesivos. ¿Qué consecuencias puede tener esta realidad y qué trastornos auditivos ya se ha visto que han empeorado o se han potenciado por ese mismo motivo, por el exceso de ruido?
El ruido puede afectar a la sensibilidad auditiva. Un ruido intenso y súbito puede ocasionar sordera de forma irreversible. En un estudio hecho por la fundación que presido, se demostró que el 25% de los adolescentes canarios están expuestos a ruidos en sus actividades de ocio que pueden ocasionar pérdida de audición. Es importante recomendar la protección auditiva en los ambientes con ruidos intensos.
Aparte del impacto del ruido descontrolado en la salud auditiva de las personas, ¿qué efectos puede tener en el aprendizaje escolar de los niños el hecho de que no se diagnostique a tiempo una sordera? ¿Qué se debe hacer, una vez detectado el problema, para que la integración del alumno en el grupo sea plena?
El retraso en la identificación de la sordera en niños es afortunadamente cada vez más raro, pero, de existir, repercute en el desarrollo del lenguaje y en el rendimiento escolar. Se trata de niños que, una vez diagnosticados y aunque sea tardíamente, necesitan la intervención especializada de médicos, profesores y logopedas, aparte de la familia, para que los ayuden a su integración. En la buena coordinación de todos esos actores radica el éxito.
¿Canarias atiende hoy con garantías, en el plano público, a los pacientes con sordera? ¿Cómo califica lo que se hace en las islas y qué mejoras, ya pensando en conseguir la nota más alta, usted introduciría?
Creo que nuestros servicios públicos son excelentes. Los cabildos y los servicios sociales de los ayuntamientos tienen especial sensibilidad con las personas con discapacidad auditiva, a las que tratan de ayudar en la medida de sus posibilidades. La fundación mantiene un contacto fluido e inmejorable con los agentes públicos.
¿Le preocupa el trato que a día de hoy se está dando a los mayores con sordera o las cosas se hacen de forma razonable? ¿Qué piensa?
Las instituciones públicas hacen lo que pueden. La sensibilidad existe en los organismos públicos, pero los presupuestos no siempre permiten atender todas las demandas. Lo que puedo decir es que ayudar a una persona mayor, en condiciones sociales y familiares muchas veces de gran precariedad, a mejorar su audición y, por lo tanto, a comunicarse mejor ha constituido una de las acciones más gratificantes de mi carrera.