El nivel de ladridos de un perro le ha costado demasiado caro a su dueña; en concreto, 300 euros. Ésa ha sido la sanción a la que ha tenido que hacer frente V. S. G. por superar su ‘compañero’ de piso en 28,1 decibelios el nivel permitido por la Ordenanza Municipal para la Protección del Medio Ambiente contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones.
Esto es lo que reza la denuncia interpuesta por la Policía Local de Salamanca:
“Los Servicios Técnicos Municipales han elevado a esta Alcaldía el Informe emitido por el Jefe de la Sección de Calidad Ambiental y el Director de Área de Medio Ambiente con fecha 6 de Febrero de 2.017 en relación con el Acta de Inspección realizada con fecha 17 de Enero de 2.017, a las 01:06 horas, dejando constancia de las molestias originadas por el ruido de ladridos de perro, procedente de la vivienda sita en la Calle Petunias nº 6, 3º-12ª, de esta ciudad, que suponen la superación en 28,1 decibelios de los niveles máximos admisibles de ruido, circunstancia imputable a doña V. S. G., como titular del mismo, que pudiera suponer la comisión de una infracción de carácter “muy grave” contemplada en la Ordenanza Municipal para la Protección del Medio Ambiente contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones, consistente en superar los niveles máximos admisibles de ruido a partir de ocho decibelios (8 dB) tanto en emisión como en inmisión, infracción que podría ser sancionada con multa de hasta 3.000 euros, según contemplan los artículos 36.3.a y 38.1.c de la referida Ordenanza Municipal”.
FInalmente, la sanción ha quedado reducido a 300 euros por ausencia de antecedentes.