Los vecinos del inmueble habían denunciado hasta en 3 ocasiones las molestias por el ruido del animal cuando se quedaba solo en casa
Las molestias ocasionadas al vecindario por los ladridos de un perro le van a salir muy caras al propietario de la mascota. Una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Número 2 de Burgos acaba de ratificar una multa de 12.001 euros de la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento a un vecino del barrio de Gamonal por una infracción de la Ordenanza Municipal de Ruidos tipificada como «muy grave».
Aunque el fallo judicial se acababa de notificar, los hechos se remontan a principios de 2019, cuando la Policía Local acudió a un bloque de viviendas tras la llamada de un vecino que denunciaba los ruidos ocasionados por un perro en el piso ubicado inmediatamente debajo del suyo.
Los agentes pudieron comprobar que el perro de encontraba solo en la vivienda, realizaron las mediaciones de ruido para constatar que se superaba el máximo de decibelios permitidos y entregaron al dueño de la mascota una copia del acta de la denuncia cuando llegó al piso. Momento, según se relata, en el que cesaron los ladridos del animal.