La contaminación sonora del aeródromo afecta a 3.000 viviendas, casi la mitad de Playa Honda
El Ayuntamiento de San Bartolomé no está de acuerdo ni con las mediciones de ruidos ni con las medidas previstas por Aena dentro del Plan de acción correspondiente al Mapa de ruido del aeropuerto de Lanzarote. Considera que las mediciones no son correctas, que los datos sobre frecuencia de operaciones tampoco lo son y que serán muchos más vecinos y viviendas los afectados por los ruidos sin que se prevean compensaciones claras.
Por eso el Consistorio ha presentado unas alegaciones ante el Ministerio de Política territorial y Función pública en las que solicita que se lleven a cabo tres medidas. Por un lado, pide que se amplíe la servidumbre acústica del aeropuerto en Playa Honda. El límite de la servidumbre está fijado en un punto que equivale aproximadamente a la intersección entre la calle Alisios y la calle Cuaderna y el Ayuntamiento pide que se amplíe hasta otro punto mucho más al Este, que coincide en la calle Nasa, entre Chimidas y Alisios.
En cualquier caso, si la servidumbre no se amplía, solicita que lleve a cabo una nueva delimitación de la servidumbre acústica del aeropuerto con un sistema de mediciones in situ “de modo que se ajuste a la realidad de los acontecimientos”.
La tercera de las peticiones es que se realice un nuevo estudio de la frecuencia de los vuelos y operaciones “y que se ajuste la servidumbre a dichos parámetros y, finalmente, que se definan las medidas compensatorias que se van a conceder al municipio de San Bartolomé”.
Lo que hizo el Ayuntamiento antes de las alegaciones fue encargar un estudio técnico a una empresa especializada. Ese informe concluye que “hay indicios claros y suficientes para afirmar que la delimitación de la servidumbre no se ajusta a los niveles sonoros existentes”.
Hay que recordar que el Mapa estratégico revelaba que en Lanzarote hay 8.500 vecinos que están expuestos a unos niveles de ruido por encima de los 55 decibelios y la mayoría de ellos están en Playa Honda.
El Ayuntamiento realiza alegaciones al Plan de ruido del aeropuerto y señala que ni las mediciones incluidas en ese plan son correctas ni los datos de frecuencia de operaciones son reales
En las alegaciones, se hace referencia a que “los niveles reales de ruido provocado por los aviones dentro de cada una de las isófonas (áreas con el mismo ruido) establecidas por Aena para definir la servidumbre son bastante más elevados que los que refleja teóricamente la citada propuesta de servidumbre” y, por otra parte, a que “la frecuencia de los vuelos u operaciones que realmente se realizan en el aeropuerto de Lanzarote no se corresponden con las reflejadas en la memoria técnica de la propuesta de servidumbre, con las consecuencias que ello tiene a la hora de establecer los niveles de ruido”.
“Si con muchas menos operaciones ya se están superando los niveles que justifican la delimitación de la servidumbre aportada, cuando la frecuencia de estas operaciones se ajuste a lo previsto por Aena, los niveles sonoros se van a disparar y la servidumbre actualmente establecida será absolutamente insuficiente e ineficaz para garantizar los derechos más básicos de los habitantes cercanos a la infraestructura”, señalan en las alegaciones.
Una de las mayores críticas es que no hay un sistema de monitorizado de ruido: “Se hace difícil entender que, tras tantos años de funcionamiento, todavía no se disponga de un sistema de monitorizado del ruido, como tantos otros aeropuertos españoles, imprescindible elemento de planificación acústica y, por tanto, de protección a la población expuesta”.
De hecho, el Plan de Acción del aeropuerto aplaza esa elaboración hasta el año 2020-2023. Sin ese sistema no se pueden establecer unas isófonas correctamente, ni tampoco la servidumbre acústica del aeropuerto ni se podrá sancionar a las compañías que incumplan las trayectorias o las alturas.
“Ruidos excesivos”
La empresa que hizo el estudio para el Ayuntamiento midió el ruido en tres puntos durante dos semanas, los dos puntos nombrados antes y uno intermedio, en la intersección entre la calle Alisios y Mascarón.
En los tres puntos existe un desajuste entre los valores otorgados por Aena y los realmente medidos, que son cinco decibelios más elevados. “Esto supone, ni más ni menos, que esas zonas quedarían fuera de la cobertura de la servidumbre y, por ello, sin opción a incluirla en el Plan de Aislamiento correspondiente, situación incompatible con el precepto referido y con el tan reiterado principio de justo equilibrio”.
Por eso se pide que se amplíe la zona de servidumbre, ya que, en caso de no hacerlo, esos vecinos “se verían sometidos a ruidos excesivos sin compensación alguna”. En definitiva, el Ayuntamiento considera que “no se ha llevado a cabo una investigación rigurosa, ni estudios adecuados” de los niveles de ruido. “Se constata que se parte de un escenario actual irreal, al basarse no en cifras reales de ruido sino en cifras basadas en un modelo teórico”.
Otra de las principales alegaciones tiene que ver con la cuantificación económica de las medidas correctoras porque “tampoco se especifica, respecto de las edificaciones preexistentes afectadas, las medidas que resulten económicamente proporcionadas”.
“Esta ausencia absoluta de medidas compensatorias concretadas en el Plan de Acción al municipio de San Bartolomé es sumamente inquietante, por lo que se deben concretar, al menos en grandes rasgos, para poder hacer unas alegaciones al respecto”, dice el Ayuntamiento, que añade que “al menos se debería establecer un procedimiento con elementos tasados para la inclusión de viviendas en las que los niveles de ruidos hagan difícil el descanso y la tranquilidad”.
Resumen de las propuestas
Son siete las propuestas que hace el Ayuntamiento de San Bartolomé. La primera sería definir el límite de la servidumbre acústica del aeropuerto de Lanzarote de forma ajustada a la realidad o realizar una monitorización permanente antes de la aprobación definitiva del área de la servidumbre del aeropuerto.
También se debería establecer como prioridad la inmediata implementación del sistema de monitorizado de ruidos y trayectorias en el aeropuerto, hacer estudios dirigidos a establecer restricciones a los vuelos nocturnos, realizar encuestas de percepción subjetiva del ruido en las zonas habitadas cercanas al aeropuerto, hacer estudios epidemiológicos entre la población afectada, realizar mediciones in situ y no solo en las viviendas afectadas, sino también en equipamientos educativos, deportivos, industriales o terciarios y, finalmente, ampliar las insonorizaciones a viviendas que, “si bien no estarán dentro de la huella, si estarán muy cercanas y que quedan desprotegidas”.
“Es necesario que dichas viviendas tengan, al menos, una protección que permita que los niveles de ruido sufridos sean similares a las viviendas que se encuentran dentro de la huella”, asegura el Ayuntamiento.
“Hacemos todo lo posible para defender los derechos de los vecinos de Playa Honda, que es nuestra obligación”
El teniente de alcalde de San Bartolomé, Alexis Tejera, señala que es la segunda vez que hacen alegaciones “porque ya salió otra vez a exposición pública y ni se dignaron a contestarnos”. “Nos hemos visto obligados -asegura- a encargar un estudio y gastarnos el dinero para hacer mediciones reales porque Aena no las había hecho, solo había hecho una simulación a través de un programa, pero estarán obligados a hacer finalmente las mediciones reales”.
Según Tejera, en otras ocasiones, otros municipios han llegado a acuerdos con Aena, pero señala que en este caso, “si no se llega a un acuerdo, pues ya estamos armados para ir a un contencioso, como se ha hecho otras veces”. “Lo que pedimos -dice- es que se amplíe la franja, que afectaría a otras mil viviendas más, aproximadamente”. La afección del ruido de los aviones se ampliaría hasta las 2.500 o 3.000 viviendas en Playa Honda, casi la mitad de la población.
Según señalan desde San Bartolomé, Aena debe establecer un plan de compensaciones que tampoco se refleja en el Plan que han presentado. “Al final esto repercute en el coste de insonorizar porque Aena contrata a empresas especializadas que se encargan de hacer las obras y puede ser un coste importante”. “Nosotros -destaca Tejera- hacemos todo lo posible por defender los derechos de los vecinos de Playa Honda, que es nuestra obligación”.
Fuente: diariodelanzarote.com