Después de muchos años, los propietarios del Hotel Històric consiguieron que el Ayuntamiento de Girona, aplicando la ordenanza de ruidos en la vía pública, hiciera que las campanas de la catedral, que hacía casi mil años que tocaban, no tocaran ni los cuartos ni las horas entre la medianoche y las 06:45 horas, porque las quejas de los clientes eran continuas.

No obstante, ante las quejas de los vecinos del barrio y del obispado, el ayuntamiento revisó los informes que habían llevado a prohibir que las campanas tocaran de noche y se percataron que no eran correctos.

Las campanas se silenciaron con una Ley de Contaminación Acústica de 2002 y con la Ordenanza Reguladora de Ruidos y Vibraciones de 2013, pero no se tuvo en cuenta que la Ley de Centros de Culto del 2009 excluye a las campanas de los ruidos acústicos y los contempla como “un atributo tradicional”.

El consistorio, además, modificó la ordenanza para adecuarla a la normativa vigente.

Ante la posibilidad de que los propietarios del hotel decidieran acudir a los juzgados, el entonces alcalde, Albert Ballesta, ya anunció a principios de febrero pasado que la decisión estaba “amparada jurídicamente” y aseguró que habían escuchado a los vecinos y habían visto que “legalmente” las campanas se podían tañer.

Por su parte, el Obispado también mostró una “total satisfacción” porque su voluntad siempre fue que las campanas no dejaran de sonar.

Ahora, el abogado de la demandante, Luís Gallardo, ha mantenido: “ya no hay más posibilidad de diálogo, las reuniones que hemos tenido con el ayuntamiento no han aportado nada, la única vía que nos queda es la judicial y se hará lo que acabe diciendo el juez”.

Gallardo, que también fue el letrado que llevó el intento de silenciar de las campana de Sant Mori, que se consiguió 7 años después, piensa que este proceso puede estar en los tribunales, por lo menos, unos dos años.