La mitad de los negocios están en el Casco Antiguo, pero también hay empresarios del centro, la Urbanización Guadiana y Valdepasillas que se han sumado a la iniciativa
Los empresarios del ocio nocturno pacense han dado un paso adelante para sellar la paz con los vecinos. Lo han hecho firmando un código ético en el que se comprometen a reducir el ruido que genera su actividad, a través de medidas tan obvias como cerrar a la hora que dice la ley y de otras más prácticas como impedir que se saquen las copas a la calle o tirar la basura de forma rápida y silenciosa.
Se trata de un decálogo de compromisos elaborado por la Confederación de Empresarios de Turismo de Extremadura (Cetex) en colaboración con la plataforma SOS Casco Antiguo, la asociación contra el ruido Espantaperros y la Cívica. Al documento se han adherido una treintena de hosteleros de la ciudad. Ahora Cetex pretende trasladar la iniciativa a otras ciudades de Extremadura.
De entre los firmantes, la mitad de los negocios están en el Casco Antiguo, que es donde el ruido se ha convertido en un problema de salud pública, tal y como repiten sus vecinos. La otra mitad son locales que están en el centro, Valdepasillas y la Urbanización Guadiana, las otras zonas de marcha de la ciudad.
Impedir que la gente salga con las copas a la calle, recoger los veladores y tirar la basura en silencio son algunas de las medidas La Confederación de Empresarios de Turismo quiere extender este compromiso a los locales de ocio nocturno de la región
«Es un compromiso para intentar hacer las cosas de otra forma. Tenemos que darnos cuenta de que el ocio nocturno, que supone el 4% del PIB, es clave para el turismo y para la generación de puestos de trabajo, pero no queremos un ocio de botellón ni de fiestas universitarias», dice Antonio Martínez, gerente de Cetex.
Precisamente para intentar conciliar el descanso de los vecinos con la explotación de los negocios de copas han firmado este código ético, en el que ellos mismos se comprometen a vigilarse para que se cumpla con el horario de cierre de terrazas y bares, con las limitaciones acústicas o para impedir que la gente esté bebiendo en la puerta de los locales, aunque sea con vaso de plástico.
Concienciar a los trabajadores
Los compromisos también abordan la necesidad de una mayor concienciación no solo de los clientes sino también de los propios trabajadores de los locales de copas. En este sentido, se comprometen a formar a los empleados en materia de protección ambiental y en la recogida de veladores y basura de forma silenciosa y a ejercer el derecho de admisión con los clientes ruidosos. Con todo, quieren evitar con esto que ocurra lo mismo que con la zona de marcha de La Madrila en Cáceres.
El código ético va más allá del problema del ruido abordando otras cuestiones como la limpieza o la movilidad. En este sentido, se habla de no dejar la basura en la calle, de velar por la limpieza en la zona de veladores o de que estos no invadan las calles, impidiendo o dificultando el tránsito de los ciudadanos.
Todos los locales firmantes lucirán un distintivo en el que se les reconoce su adhesión al código ético y se emplazan además a vigilarse entre ellos para que se cumpla lo suscrito. En este proceso, Cetex ha intentado que se sumaran todos los bares de copas del Casco Antiguo, estuvieran o no asociados, pero no todos han aceptado el código.
Distinguir a los cumplidores
El documento no deja de ser una declaración de intenciones de respetar la legislación pero supone estrechar la brecha que separa a hosteleros y vecinos, sobre todo en el Casco Antiguo. Así lo han entendido estos últimos. «Es muy importante que se haga una declaración pública y que se distinga a los empresarios cumplidores y le aplaudimos el gesto. A veces se necesita hacer notorio que cumplimos la ley porque hay mucha gente que ha perdido la fe. Es un buen punto de partida», valora Luis Pacheco, portavoz de SOS Casco Antiguo.
Para este colectivo vecinal, en este código ético también tiene que implicarse el Ayuntamiento, porque aunque ha estado al margen de este acuerdo promovido por vecinos y empresarios, «es quien tiene que velar porque se cumpla la ley».
Precisamente, el incumplimiento es para los vecinos del Casco Antiguo la causa del enquistamiento del conflicto por el ruido. A este respecto, creen que los locales que han decidido quedarse fuera del código ético estarán en el punto de mira.
El fin último de este acercamiento entre hosteleros y vecinos es que el Casco Antiguo se desprenda de la declaración de Zona Saturada de Ruido (con la que lleva cargando desde hace siete años), apostando por negocios de calidad. Esto se traduce, explica Pacheco, «en ir sustituyendo a los empresarios incumplidores por otros negocios que pueden ser también de hostelería porque sabemos que ésta es importante para el Casco Antiguo».
Por este mismo camino quiere transitar Cetex. «Queremos que los locales entiendan el ocio nocturno como turismo porque los empresarios han hecho una gran inversión y han creado puestos de trabajo y no podemos renunciar a esto», valora Martínez.
Fuente: hoy.es