Reclaman soluciones ante los problemas debido a la «falta de civismo» a los que están sometidos cada fin de semana
Justo antes de que amanezca, los equipos municipales de limpieza se emplean a fondo para tratar de eliminar cualquier rastro de las consecuencias derivadas de la fiesta de anoche. Es domingo, un día (para muchos) de descanso y los vecinos de Las Cortes pueden empezar a retomar la tranquilidad que habían perdido desde el comienzo del fin de semana. Esta calle, céntrica y conductora a la calle Real y a la Plaza del Rey, comenzó a ser peatonal parcialmente durante el mes de agosto de 2010. Desde entonces, los bares y terrazas se han apoderado del suelo urbano, atrayendo a un público (en su mayoría) joven que ha dado vida a la zona. Mientras que los negocios se establecían y florecían, también se colmaba la paciencia de los residentes que no soportan «por más tiempo» las secuelas de la peatonalización de Las Cortes y que llevan años «pidiendo soluciones» al Ayuntamiento.
Los vecinos denuncian la «dejadez y el abandono» al que están sometidos
Los bares disponen de terrazas que se sitúan ocupando el largo y ancho de la calzada de Las Cortes, dejando solo liberado el estrecho acerado. Un espacio de ocio que alberga a centenares de personas cada fin de semana, repleto de entretenimiento y armonizado con música «hasta alta horas de la madrugada», cuentan los residentes del lugar, que reclaman que los establecimientos no se encuentran «correctamente insonorizados» y denuncian la «dejadez y el abandono» al que se encuentran sometidos. Es frecuente presenciar el desalojo, por parte de las autoridades, de las zonas de terraza ya que, en ocasiones, se sobrepasan los tiempos de las mismas. Las zonas que forman más marabuntas de clientela comprenden los cruces con calle Cervantes y calle San Diego de Alcalá. En ambas vías es posible encontrar restos de vasos de plástico, botellas de vidrio y otras basuras, al mismo tiempo que resultan ser los idóneos aseos improvisados por parte del público que bebe en la calle.
Los actos de vandalismo se repiten cada semana
José reside cerca de la calle Cervantes una las intersecciones «más perjudicadas», dice, de Las Cortes. «Como se hartan de beber, entre ellos mismos se cubren y en la misma calle y entre los balcones y rincones de entradas de casas se ponen a miccionar en la vía pública», denuncia este vecino que, además, señala el colmo mayúsculo al que están sometidos los habitantes de la zona, «cuando están ebrios nos insultan, nos mandan a callar si les decimos algo, a veces se sientan en los escalones de los porches o de las casa puertas y no nos dejan ni entrar ni salir, les molestamos nosotros». Ante este hecho, el Consistorio contrató seguridad privada y estableció, con ayuda de cerramientos, un perímetro para los residentes.
En la otra intersección, en la calle San Diego de Alcalá, también hay vecinos que lamentan las circunstancias en las que se encuentra su barrio por culpa de la conducta vandálica de algunas personas. «Tenemos que tener nuestras puertas y ventanas cerradas a cal y canto, porque los más violentos tiran botellas y las parten contra las paredes, encontrándote los cristales en el suelo al día siguiente», relatan.
La cantidad de denuncias produce «un desborde» que colapsa a los sistemas de seguridad de la ciudad. Un vecino de la calle Cervantes relata la falta de capacidad de actuación. «Nos llevamos todos los fines de semana llamando a la Policía, nos dicen que tan solo tienen un coche y quedamos a la espera de que vayan atendiendo los requerimientos». También señala un peligro manifiesto a la hora de auxiliar a los residentes por la falta de espacio que produce la existencia de terrazas y la aglomeración de personas. «Muchos somos octogenarios y, quizás, precisemos de asistencia médica». A su vez cuenta que, no hace mucho, «hizo falta una ambulancia y tuvo que entrar por la calle peatonal porque no había espacio para entrar en nuestra calle».
El Defensor del Pueblo Andaluz denunció estos hechos
Los residentes ya han informado «por activa y por pasiva» al Consistorio sobre «los terribles problemas de falta de civismo» que sufren «todos los fines de semana». Estos mismos vecinos ya presentaron, desde 2017, diversas denuncias dirigidas al Defensor del Pueblo Andaluz. El propio cargo, ostentado por Jesús Maeztu Gregorio de Tejada, resolvió favorable las reclamaciones y comenzó a tramitarlas. Entre muchas otras solicitudes, los residentes se quejaban del alto volumen de la música que emitían los bares de Las Cortes. El Defensor del Pueblo Andaluz resolvía diciendo que «como es conocido, la normativa actual (Decreto 78/2002) no permite que un pub o bar con música tenga terraza de veladores. Por lo tanto, cualquier terraza de veladores de un bar con música, pub o discoteca, debe ser impedida y clausurada».
Incluso el propio organismo publicó que el Ayuntamiento de San Fernando, en 2019, había aceptado esta resolución, «el Ayuntamiento nos indicó, en esencia, que se habían adoptado diversas medidas para evitar la masiva afluencia de público y la saturación acústica de la zona, que se habían enviado cartas a los responsables de los locales de la zona en las que se recordaba que no poseían autorización para ninguna actividad considerada molesta, como música. Asimismo, las Delegaciones Municipales competentes tenían previsto convocar una reunión entre las partes afectadas con el fin de conveniar posibles soluciones a la problemática que se planteaba». Sin embargo, casi un año después los problemas siguen siendo vigentes y visibles en cualquier fin de semana de la ciudad. «Todos estos actos de gamberrismo repercuten en nuestra salud», es el mensaje de hastío que vierten los vecinos de Las Cortes ante la «permisividad» que padecen por parte de las autoridades competentes mientras esperan encontrar soluciones a hechos que se producen cada semana desde hace años.